La tercera fue la vencida
Derrota dura que nos quita la valiosa ventaja obtenida el partido pasado, pero que nos mantiene punteros de la Anual.
Luego de dos encuentros en los que sin jugar bien conseguimos las victorias, lamentablemente este fin de semana lo que cambió no fue el juego, sino el resultado.
En una hermosa tarde y con una tribuna visitante a tope, el Saroldi recibía uno de los partidos más atractivos del campeonato, por lo tanto, uno de los partidos más difíciles del año para nuestro Danubio, que si bien no veníamos jugando nada bien, veníamos logrando victorias en esos partidos que decimos “para ser campeón, estos partidos se tienen que ganar”.
En un encuentro que de pique, de arranque, ellos salieron a matarnos, salieron a meternos adentro del arco, a lograr el gol que les permita jugar con tranquilidad, ya que al igual que Wanderers, son equipos que en partidos complicados deben lograr la ventaja de inmediato, sino les empieza a costar demasiado.
Y así fue, a los 5 minutos de juego, cabezazo y gol de ellos, en una fórmula que es la que utilizó River durante todo el campeonato (buscar la cabeza del nueve y después vemos qué pasa en el rebote). Encontraron la apertura y el dominio del partido y de la pelota.
Manejaron el partido durante todo el primer tiempo, sin llegar demasiado, pero dominando y llegando esporádicamente, mientras que Danubio se limitó a correr impotente detrás de la pelota que le pertenecía al equipo del Prado y a tirársela a Álvez que estuvo más marcado que nunca (y sí, algún día se iban a avivar y le iban a poner uno pegado como una estampa).
A la altura de los 30’, y aún sin encontrar a Álvez, Danubio fue llegando de a poco y a emparejar en cuanto a posesión de pelota y juego colectivo. Nos bastó con intentar atacar solo 15 minutos para encontrar el hueco y el gol que nos permitiera empatar de forma parcial.
Un gol con gran jugada del Toto, que se metió con una pared bien resuelta por el Nachito y que luego definió como el mejor de los delanteros de experiencia. Sí, el Toto, el que le pegaba para arriba, el que cumplió 18 entre semana.
Ese gol nos hizo sacar la rabia del mal juego, la impotencia de jugar mal y nos llenó de ilusión y de esperanzas para el segundo tiempo. Segundo tiempo que fue idéntico al primero, es decir, arrancó con gol de ellos derrumbando todo envión y dominaron en el juego.
Sobre el final nos fuimos arriba pero no pudimos meter un centro como la gente y la que nos quedó al borde del gol, el Tuna se la morfó como los mejores.
Lo mejor: Seguimos primeros. Si bien nos recortaron distancias, a pesar de la derrota seguimos más alto que nadie y dependemos de nosotros mismos faltando 3 partidos.
Lo peor: El resultado. El resultado que se le suma al juego que veníamos teniendo. Lamentablemente no nos salió la de jugar mal y ganar.
La figura: El “Toto” Faber, jugó más de lo que pudo marcar. Dentro del mal partido general, se destacó. Lo abrochó con el gol.
Lo próximo: Rentistas allá. Qué partido, ¡¡y qué cancha!! Con todas las pilas enfocados a ganar, ya no nos sirve ni el empate.
Lo destacado: La gente. Como siempre acompañando en gran número, una hermosa tarde, gran marco de público y tribunas que quedaron chicas, todavía no entiendo porque no habilitaron el talud visitante. Lamentablemente no todos pudimos ver el partido desde las gradas, sino parados en el pasto y en puntas de pie contra el tejido.
Ahora nos toca de visita, en esa cancha que los privilegiados no van. Por suerte Danubio es más que eso, es más que el resto. ¡Estamos en las finales, busquemos la Anual!
En una hermosa tarde y con una tribuna visitante a tope, el Saroldi recibía uno de los partidos más atractivos del campeonato, por lo tanto, uno de los partidos más difíciles del año para nuestro Danubio, que si bien no veníamos jugando nada bien, veníamos logrando victorias en esos partidos que decimos “para ser campeón, estos partidos se tienen que ganar”.
En un encuentro que de pique, de arranque, ellos salieron a matarnos, salieron a meternos adentro del arco, a lograr el gol que les permita jugar con tranquilidad, ya que al igual que Wanderers, son equipos que en partidos complicados deben lograr la ventaja de inmediato, sino les empieza a costar demasiado.
Y así fue, a los 5 minutos de juego, cabezazo y gol de ellos, en una fórmula que es la que utilizó River durante todo el campeonato (buscar la cabeza del nueve y después vemos qué pasa en el rebote). Encontraron la apertura y el dominio del partido y de la pelota.
Manejaron el partido durante todo el primer tiempo, sin llegar demasiado, pero dominando y llegando esporádicamente, mientras que Danubio se limitó a correr impotente detrás de la pelota que le pertenecía al equipo del Prado y a tirársela a Álvez que estuvo más marcado que nunca (y sí, algún día se iban a avivar y le iban a poner uno pegado como una estampa).
A la altura de los 30’, y aún sin encontrar a Álvez, Danubio fue llegando de a poco y a emparejar en cuanto a posesión de pelota y juego colectivo. Nos bastó con intentar atacar solo 15 minutos para encontrar el hueco y el gol que nos permitiera empatar de forma parcial.
Un gol con gran jugada del Toto, que se metió con una pared bien resuelta por el Nachito y que luego definió como el mejor de los delanteros de experiencia. Sí, el Toto, el que le pegaba para arriba, el que cumplió 18 entre semana.
Ese gol nos hizo sacar la rabia del mal juego, la impotencia de jugar mal y nos llenó de ilusión y de esperanzas para el segundo tiempo. Segundo tiempo que fue idéntico al primero, es decir, arrancó con gol de ellos derrumbando todo envión y dominaron en el juego.
Sobre el final nos fuimos arriba pero no pudimos meter un centro como la gente y la que nos quedó al borde del gol, el Tuna se la morfó como los mejores.
Lo mejor: Seguimos primeros. Si bien nos recortaron distancias, a pesar de la derrota seguimos más alto que nadie y dependemos de nosotros mismos faltando 3 partidos.
Lo peor: El resultado. El resultado que se le suma al juego que veníamos teniendo. Lamentablemente no nos salió la de jugar mal y ganar.
La figura: El “Toto” Faber, jugó más de lo que pudo marcar. Dentro del mal partido general, se destacó. Lo abrochó con el gol.
Lo próximo: Rentistas allá. Qué partido, ¡¡y qué cancha!! Con todas las pilas enfocados a ganar, ya no nos sirve ni el empate.
Lo destacado: La gente. Como siempre acompañando en gran número, una hermosa tarde, gran marco de público y tribunas que quedaron chicas, todavía no entiendo porque no habilitaron el talud visitante. Lamentablemente no todos pudimos ver el partido desde las gradas, sino parados en el pasto y en puntas de pie contra el tejido.
Ahora nos toca de visita, en esa cancha que los privilegiados no van. Por suerte Danubio es más que eso, es más que el resto. ¡Estamos en las finales, busquemos la Anual!