44.970
Este jueves Defensor se metió en la historia como el primer cuadro uruguayo en ganar en el Atanasio Girardot.
Foto: d10.com.py
Curuchet: voy a seguir cuestionando tus cambios, para que sigas tapándome la boca. Nadie, ni el más hincha de Defensor, hubiese sacado a Felipe Gedoz o Giorgian de Arrascaeta. O peor, a los dos.
¿A quién se le ocurre sacar a los dos? A Fernando, claro. Porque si algo nos quería demostrar el DT (que después lo demostraron los jugadores mismos) es que en Defensor no hay nadie indispensable, que no dependemos de un jugador estrella para ganar el partido.
Para clasificar a octavos de la Copa, Defensor se lució con el Cocho y con Felipe. El jueves, para ganar de visitantes frente a Atlético Nacional necesitamos de dos centros perfectos de Luna y la clase excepcional del Nico. Esto es un equipo. Cuando alguno no camina, hay recambio y las piezas siguen funcionando.
En realidad, no necesitamos a uno, porque los necesitamos a todos. Y el jueves no faltó nadie. Se pusieron la casaca violeta y salieron a la cancha decididos de querer ser parte de la mejor campaña de Defensor en la Libertadores.
Creo que no era la única que firmaba el empate, pero está claro que ellos no. En los escenarios más adversos, la viola juega con el corazón. La ilusión de estar entre los cuatro, puede más.
Con la humildad que los caracteriza y el compromiso con el equipo, Defensor escribió otro párrafo de lo que está siendo la mejor Libertadores de su historia.
El jueves volvió a enmudecer un estadio. 44.970 almas se quedaron en silencio, mientras otros 30 privilegiados enloquecieron al vivir una de las mejores noche de sus vidas.
El 15 de mayo esperamos tener la suerte de poder vivirla en Montevideo también. Los hinchas de Defensor nos vamos a ubicar en la tribuna Olímpica (así lo sugiere la página oficial del club), mientras que la invitación está abierta a simpatizantes de otros clubes que quieran ser testigos del divino momento que nos toca vivir.
¿A quién se le ocurre sacar a los dos? A Fernando, claro. Porque si algo nos quería demostrar el DT (que después lo demostraron los jugadores mismos) es que en Defensor no hay nadie indispensable, que no dependemos de un jugador estrella para ganar el partido.
Para clasificar a octavos de la Copa, Defensor se lució con el Cocho y con Felipe. El jueves, para ganar de visitantes frente a Atlético Nacional necesitamos de dos centros perfectos de Luna y la clase excepcional del Nico. Esto es un equipo. Cuando alguno no camina, hay recambio y las piezas siguen funcionando.
En realidad, no necesitamos a uno, porque los necesitamos a todos. Y el jueves no faltó nadie. Se pusieron la casaca violeta y salieron a la cancha decididos de querer ser parte de la mejor campaña de Defensor en la Libertadores.
Creo que no era la única que firmaba el empate, pero está claro que ellos no. En los escenarios más adversos, la viola juega con el corazón. La ilusión de estar entre los cuatro, puede más.
Con la humildad que los caracteriza y el compromiso con el equipo, Defensor escribió otro párrafo de lo que está siendo la mejor Libertadores de su historia.
El jueves volvió a enmudecer un estadio. 44.970 almas se quedaron en silencio, mientras otros 30 privilegiados enloquecieron al vivir una de las mejores noche de sus vidas.
El 15 de mayo esperamos tener la suerte de poder vivirla en Montevideo también. Los hinchas de Defensor nos vamos a ubicar en la tribuna Olímpica (así lo sugiere la página oficial del club), mientras que la invitación está abierta a simpatizantes de otros clubes que quieran ser testigos del divino momento que nos toca vivir.