Error histórico
Cuando todo debía ser entusiasmo y alegría, la “dirigencia” de Wanderers se encargó de arruinarlo todo, olvidándose por enésima vez del hincha bohemio.
Luego de 83 años tenemos la posibilidad de volver a ser campeones uruguayos, ocasión ideal para que todos los wanderistas del Uruguay podamos reunirnos para ver este partido histórico y decisivo.
La demostración en Florida había sido espectacular: 7 mil bohemios nos hicimos presentes, desbordando el Campeones Olímpicos.
Para la gran final (semi para ellos) con Danubio la expectativa era aún mucho mayor. No tengo dudas que íbamos a ser solo nosotros entre 10 y 15 mil personas, más los hinchas danubianos, y gente del fútbol en general que se siente atraída ante este tipo de partidos.
El día martes nos enteramos que solo dispondremos de 3 mil entradas para nuestros simpatizantes, algo increíble. Lo peor, es que este absurdo se debe (una vez más) a la inoperancia e inocencia de la impresentable Comisión Directiva que nos representa.
Los directivos de Danubio se “comieron en dos panes” a los angelitos que tenemos como dirigentes, y antes de empezar el partido ya nos empezaron ganando ampliamente. Y en este tipo de encuentros hay que estar en todos los detalles.
Danubio quería fijar el Franzini y Wanderers el Parque Central. Ante esta situación la Mesa Ejecutiva hubiese fijado el Estadio Centenario, que si bien tiene su piso en mal estado, permite que todos los espectadores puedan asistir y estar cómodos.
Al no haber acuerdo, Danubio propuso hacer un sorteo, y de manera increíble Wanderers aceptó. Aceptamos sin saber siquiera cuantas entradas se pueden vender en el Franzini.
Además, en representación nuestra fue el ex directivo Gastón Inda, dirigente que había renunciado cuando las cosas no iban bien. Inentendible y lamentable.
La pérdida del sorteo implicó varias cosas. En primer lugar jugar en un escenario muy pequeño para una cita tan importante. También implicó que las tribunas más grandes sean para ellos, y como frutilla de la torta tenemos que jugar de celeste.
La estrategia de los franjeados era simple: opacar todo lo que se pueda el gran momento de Wanderers. Que vaya la menor cantidad de gente posible, que sus jugadores vean que la concurrencia de ambas hinchadas es pareja, cuando la lógica dice que íbamos a ser ampliamente locales, por el simple hecho de que para nosotros es una final y para ellos no.
Como resultado, solo 3 mil personas bohemias tendrán el privilegio de asistir al partido, cuando la consigna debió ser que ningún hincha quedara afuera de este día histórico.
Yo me pregunto: si ahora estamos desesperados para que se fije el Estadio Centenario, ¿para qué aceptamos ir a ese sorteo? ¿En qué piensan? ¿Cómo se pueden cagar de esa manera en el hincha bohemio que esperó toda la vida este momento?
La respuesta es simple. Todos estos señores disponen de su carnet AUF, por lo cual no tienen que desesperarse como el hincha común por conseguir una entrada. Ellos no pagan, no hacen colas, van a figurar, y ahora más que nunca. Los que vamos todo el año a donde sea y como sea, no importamos, nunca les importamos.
En caso de que este domingo se dé la ansiada consagración, la mayoría del pueblo bohemio no lo va a poder vivir en el lugar de los hechos para poder contárselo a sus hijos y sus nietos. Los que propiciaron este despropósito estarán muy tranquilos dentro de un palco, tomando whisky y comiendo sándwiches.
Ojalá el domingo sea una gran fiesta, y podamos obtener el Campeonato Uruguayo 2013/2014, el quinto en nuestro historial.
Siento impotencia e indignación por toda esta situación. En el fútbol uruguayo ya no sabemos qué más hacer para que la gente no vaya a las canchas. Esto es una muestra más.
A los responsables de esto, Sr. Raúl Aguerrebere y Sr. Gastón Inda, el domingo den la vuelta y festejen, y el lunes váyanse para su casa y no vuelvan más, hay gente capaz esperando detrás de ustedes.
¡VAMOS LOS PIBES EL DOMINGO!
La demostración en Florida había sido espectacular: 7 mil bohemios nos hicimos presentes, desbordando el Campeones Olímpicos.
Para la gran final (semi para ellos) con Danubio la expectativa era aún mucho mayor. No tengo dudas que íbamos a ser solo nosotros entre 10 y 15 mil personas, más los hinchas danubianos, y gente del fútbol en general que se siente atraída ante este tipo de partidos.
El día martes nos enteramos que solo dispondremos de 3 mil entradas para nuestros simpatizantes, algo increíble. Lo peor, es que este absurdo se debe (una vez más) a la inoperancia e inocencia de la impresentable Comisión Directiva que nos representa.
Los directivos de Danubio se “comieron en dos panes” a los angelitos que tenemos como dirigentes, y antes de empezar el partido ya nos empezaron ganando ampliamente. Y en este tipo de encuentros hay que estar en todos los detalles.
Danubio quería fijar el Franzini y Wanderers el Parque Central. Ante esta situación la Mesa Ejecutiva hubiese fijado el Estadio Centenario, que si bien tiene su piso en mal estado, permite que todos los espectadores puedan asistir y estar cómodos.
Al no haber acuerdo, Danubio propuso hacer un sorteo, y de manera increíble Wanderers aceptó. Aceptamos sin saber siquiera cuantas entradas se pueden vender en el Franzini.
Además, en representación nuestra fue el ex directivo Gastón Inda, dirigente que había renunciado cuando las cosas no iban bien. Inentendible y lamentable.
La pérdida del sorteo implicó varias cosas. En primer lugar jugar en un escenario muy pequeño para una cita tan importante. También implicó que las tribunas más grandes sean para ellos, y como frutilla de la torta tenemos que jugar de celeste.
La estrategia de los franjeados era simple: opacar todo lo que se pueda el gran momento de Wanderers. Que vaya la menor cantidad de gente posible, que sus jugadores vean que la concurrencia de ambas hinchadas es pareja, cuando la lógica dice que íbamos a ser ampliamente locales, por el simple hecho de que para nosotros es una final y para ellos no.
Como resultado, solo 3 mil personas bohemias tendrán el privilegio de asistir al partido, cuando la consigna debió ser que ningún hincha quedara afuera de este día histórico.
Yo me pregunto: si ahora estamos desesperados para que se fije el Estadio Centenario, ¿para qué aceptamos ir a ese sorteo? ¿En qué piensan? ¿Cómo se pueden cagar de esa manera en el hincha bohemio que esperó toda la vida este momento?
La respuesta es simple. Todos estos señores disponen de su carnet AUF, por lo cual no tienen que desesperarse como el hincha común por conseguir una entrada. Ellos no pagan, no hacen colas, van a figurar, y ahora más que nunca. Los que vamos todo el año a donde sea y como sea, no importamos, nunca les importamos.
En caso de que este domingo se dé la ansiada consagración, la mayoría del pueblo bohemio no lo va a poder vivir en el lugar de los hechos para poder contárselo a sus hijos y sus nietos. Los que propiciaron este despropósito estarán muy tranquilos dentro de un palco, tomando whisky y comiendo sándwiches.
Ojalá el domingo sea una gran fiesta, y podamos obtener el Campeonato Uruguayo 2013/2014, el quinto en nuestro historial.
Siento impotencia e indignación por toda esta situación. En el fútbol uruguayo ya no sabemos qué más hacer para que la gente no vaya a las canchas. Esto es una muestra más.
A los responsables de esto, Sr. Raúl Aguerrebere y Sr. Gastón Inda, el domingo den la vuelta y festejen, y el lunes váyanse para su casa y no vuelvan más, hay gente capaz esperando detrás de ustedes.
¡VAMOS LOS PIBES EL DOMINGO!