Sábado pre nostalgia, calor que va a terminar, así que a aprovechar mientras dure. Esas tardes espectaculares para ver fóbal y más si venimos con toda luego del partido pasado.

No fue el mismo vértigo que contra Defensor, quizás porque llegó tarde el proveedor de estimulantes de Juan Manuel Díaz o los dirigidos por Vivaldo no tenían el contacto colombiano. Misterios.

De esta manera llegamos a una secuencia de jugadas que me hicieron pensar que mi percepción visual estaba en la mala. Deja vu le dicen.

Jugadas preciosas, rápidas, a un toque, pero errando la misma definición. Cuatro jugadores distintos. Uno pensaba, como dicen los veteranos, goles errados y tá, me olvidé como sigue el dicho.

Es sobre la mitad del segundo tiempo cuando la IASA apelaba a una versión del catenaccio que no hace un espectáculo vistoso, que apareció el gesto técnico de la tarde. Porras levanta la mirada y mete un soberbio pase para el primo de su señora esposa (se conocen de los asados familiares, ¿vio?) y nuestro ariete se la jopea al arquero. Brillante.

Además a Jopito (Alonso es conocido con este simpático sobrenombre en algunos oscuros rincones de la Internet) no le salió de casualidad, claramente buscó eso. Nacional, inteligencia.

Quiero hacerle llegar mis felicitaciones al Chavo Díaz, que fue quien pidió y trajo a Alonso a pesar de su condición cardíaca y su inactividad, mientras le enfardaban a Abreu que era pedido por dirigentes e hinchas.

Si a un hincha de Nacional no le genera algo especial ver tan bella jugada, tal despliegue de técnica y picardía, honestamente, no tiene corazón. Espero ver este semestre un Alonso en gran nivel.

Tranquilos nosotros.