La víspera al comienzo de una nueva temporada mantiene al hincha mirasol en vilo y aunque recarga esa imperecedera ilusión de campeonar, nunca aleja al manya de una intranquilidad y un estado de permanente alerta de cara a lo que el nuevo plantel puede o no dar.

En este año no podemos decir que la plantilla aurinegra haya cambiado en demasía, creo que más allá del desafortunado alejamiento de Luis Aguiar del club, la base se ha mantenido e incluso se han reforzado las áreas más endebles.

Es además una ventaja en relación al año anterior el hecho de que el técnico haya podido armar y adaptar el plantel a su estilo de juego. De hecho tres de las cinco incorporaciones son marcadores de punta, claves en el esquema táctico de Fosatti.

No podemos predecir la suerte del decano en el próximo año dado que abandoné el curso de adivino, pero sí me permito conjeturar en relación a lo que mostró el plantel en los amistosos disputados y en la calidad de los jugadores que llegaron al club que este puede ser un buen año a nivel local. En nuestra vereda y en la de enfrente se encuentran por lejos los mejores jugadores del medio pero creo yo que Peñarol contaba ya desde antes con un plantel superior y se reforzó de manera más inteligente.

Además se deberá hacer frente a la competición internacional. La copa Sudaméricana no ha conocido de campeones uruguayos y pienso yo que este año se presenta una gran oportunidad para pelearla. Espero aunque sea correr con mejor suerte que el año pasado…

Respecto a la base del equipo me quedan un par de dudas sobre quién va a tener la titularidad sobre todo en el lateral derecho y en el ataque. La llegada de Alejandro Silva pone en duda la titularidad de Rodales quien tuvo un gran rendimiento en los amistosos disputados en el estadio.

Lo mismo sucede con la vuelta de Juan Manuel Olivera quien genera la incógnita de qué dos delanteros van a ir de arranque. Yo me inclinaría por zalayeta y el “cabecita” Rodríguez.

La primera parada será este sábado ante Cerro en el estadio. Nos toca enfrentar a un rival que de movida aparece comprometido en la zona baja de la tabla y con una imperiosa necesidad de hacer las cosas bien. El equipo de la villa se reforzó correctamente y Peñarol no lo tendrá nada fácil, aunque apostando a una rápida transición de defensa a ataque, el carbonero puede sorprender a cualquier rival.

Habrá que ver quién ocupará la zaga en lugar del lesionado Darío Rodríguez, todo parece indicar que será el joven Viera el afortunado, también es una duda si los fichajes de última hora (Silva y Olivera) van a estar a la orden ya que se desconoce en qué condiciones físicas llegaron al club.

Comienza a rodar la esfera que tanto nos aleja de los problemas de la vida para llevarnos a un mundo donde cualquier hijo de vecino puede volverse rey, cualquier imperio puede derrumbarse en segundos y siempre, pero siempre debe ganar Peñarol.