Se sorteó el fixture, quizá con otro mal arranque en los papeles. No me puedo olvidar de aquella temporada hace cinco años que debutamos en Primera en el Franzini, con Defensor Sporting, y comiéndonos una lotería para todos los gustos.

Esta vuelta el comienzo también es difícil: River Plate. Quizá lo que nos puede favorecer es que oficiamos de locales, pero no en nuestra cancha, sino que será en el Campus durante todo el Apertura. Así que no sé hasta qué punto nos favorece.

Atenas necesita sumar, no nos podemos dar el lujo de subir a dar una vuelta en la calesita del Parque Rodó y bajar. En un principio, se buscan los partidos que, durante el campeonato, podemos darnos el lujo de dejar puntos.

El Campeonato Uruguayo tiene varios equipos fuertes, y a priori, son seis: River Plate (1°), Danubio (2°), Wanderers (4°), Nacional (6°), Peñarol (9°) y Defensor Sp. (11°). Lo que es sabido, es que para la tabla del descenso sumamos doble y cualquier empate con estos tigres, es un triunfo.

Las primeras dos fechas, a mi entender, son las más complicadas. Por el rival, y porque el equipo se viene adaptando a su segundo periplo en Primera División. Hay 6 puntos en disputa, que para Atenas serían 12. Yo con un empate en cada partido, quedo contento.

Eso sí, a los rivales directos no hay que perdonarlos y mucho menos perder puntos en casa. Al equipo le tengo fe, mantuvimos la base del ascenso con algunas bajas y otras altas que le pueden aportar experiencia al equipo.

Las estadísticas en los amistosos no ayudan mucho a confiar, pero son amistosos. Atenas disputó seis partidos previos, que dividido en titulares y suplentes, serían doce. De esos doce partidos, Atenas ganó solamente uno.

Ojalá que las papas no quemen cuando nos juguemos la vida. Para Atenas, cada partido es una final. ¡Vamos los negros viejos y peludos, carajo!