Y no dudó(k)
Volvimos a ganar en un buen partido de fútbol en el coloso de Sayago y, jugadas dos fechas, somos punteros del Apertura.
La única variante en los once iniciales fue la inclusión de Gabriel Fernández, que había tenido buenos minutos frente a Danubio el fin de semana pasado. Tampoco fue malo lo que hizo este domingo el nuevo jugador cervecero. Fuerte físicamente y dúctil con la pelota.
El partido arrancó parejo. Racing, como siempre, intentando jugar con la pelota a ras del piso y Cerro, por su parte, dedicado casi enteramente a tirarle pelotazos cruzados a Regueiro (que cayó en offside muchas veces) y saltear líneas.
Lo mas peligroso del visitante era la presión que ejercía en la mitad de la cancha. En virtud de lo anterior, nos costó jugar y más aún llegar al arco rival con peligro.
Una vez que mermó esa presión ejercida por el villero, empezaron de a poco a aparecer espacios y a los 24’ Juan Pablo le puso un centro perfecto a Zabala, que entró por la mitad del área y definió de volea. Con complicidad del golero, no pusimos en ventaja y empezamos a controlar el partido.
De hecho, 10 minutos después Ernesto Dudok robó una pelota en la mitad de la cancha, transportó, descargó, la pelota derivó en la punta derecha y no dudó en ir al centro del área, cual número 9 a buscar el gol.
Y así fue, centro de la muerte y primer gol de Ernesto. Premio al trabajo y al sacrificio por el equipo. Con la desventaja de dos goles hubo un intento de reacción de Cerro, pero quedó solamente en eso, un intento.
Para el segundo tiempo esperábamos quizás un trámite un poco mas tranquilo, en vista de la ventaja que habíamos cosechado, pero no fue tan así. El entrenador de la visita no perdió tiempo y mandó dos variantes de movida. Por virtud de ellos (y defecto nuestro), a los 10 minutos la ventaja ya era de solo un gol.
El partido quedó planteado claramente para que Cerro quemara los cartuchos que le quedaban y la Academia lo rematara de contragolpe. La visita improvisó una línea de tres en el fondo, y Larriera lo mandó a Tabó bien abierto por derecha.
Un problema sin solución para los de la Villa, que si lo pararon dos veces, fue mucho. Sin embargo, no estaba fácil el partido, y tanto fue así que Larriera tuvo que mandar a la cancha a Lacoste y Carlos Díaz (por supuesto que también entró Agustín Gutiérrez).
Hubo unos minutos difíciles, con algunas ocasiones para el albiceleste, hasta que faltando menos de 10 minutos para el cierre, Tabó la agarró por punta derecha, se metió en el área a velocidad y definió de borde externo frente Cubero para liquidar el pleito. Golazo.
Para ponerle el broche de oro a la mañana estuvo Lalo Aguilar, que recogió un rebote en el área y la mandó a guardar. Victoria en casa, goleada y punta, ¿qué más se puede pedir?
No tenemos que perder de vista que van solamente dos fechas, pero como dije antes de que empezara el campeonato, soñar no cuesta nada. ¡Vamos Racing!
El partido arrancó parejo. Racing, como siempre, intentando jugar con la pelota a ras del piso y Cerro, por su parte, dedicado casi enteramente a tirarle pelotazos cruzados a Regueiro (que cayó en offside muchas veces) y saltear líneas.
Lo mas peligroso del visitante era la presión que ejercía en la mitad de la cancha. En virtud de lo anterior, nos costó jugar y más aún llegar al arco rival con peligro.
Una vez que mermó esa presión ejercida por el villero, empezaron de a poco a aparecer espacios y a los 24’ Juan Pablo le puso un centro perfecto a Zabala, que entró por la mitad del área y definió de volea. Con complicidad del golero, no pusimos en ventaja y empezamos a controlar el partido.
De hecho, 10 minutos después Ernesto Dudok robó una pelota en la mitad de la cancha, transportó, descargó, la pelota derivó en la punta derecha y no dudó en ir al centro del área, cual número 9 a buscar el gol.
Y así fue, centro de la muerte y primer gol de Ernesto. Premio al trabajo y al sacrificio por el equipo. Con la desventaja de dos goles hubo un intento de reacción de Cerro, pero quedó solamente en eso, un intento.
Para el segundo tiempo esperábamos quizás un trámite un poco mas tranquilo, en vista de la ventaja que habíamos cosechado, pero no fue tan así. El entrenador de la visita no perdió tiempo y mandó dos variantes de movida. Por virtud de ellos (y defecto nuestro), a los 10 minutos la ventaja ya era de solo un gol.
El partido quedó planteado claramente para que Cerro quemara los cartuchos que le quedaban y la Academia lo rematara de contragolpe. La visita improvisó una línea de tres en el fondo, y Larriera lo mandó a Tabó bien abierto por derecha.
Un problema sin solución para los de la Villa, que si lo pararon dos veces, fue mucho. Sin embargo, no estaba fácil el partido, y tanto fue así que Larriera tuvo que mandar a la cancha a Lacoste y Carlos Díaz (por supuesto que también entró Agustín Gutiérrez).
Hubo unos minutos difíciles, con algunas ocasiones para el albiceleste, hasta que faltando menos de 10 minutos para el cierre, Tabó la agarró por punta derecha, se metió en el área a velocidad y definió de borde externo frente Cubero para liquidar el pleito. Golazo.
Para ponerle el broche de oro a la mañana estuvo Lalo Aguilar, que recogió un rebote en el área y la mandó a guardar. Victoria en casa, goleada y punta, ¿qué más se puede pedir?
No tenemos que perder de vista que van solamente dos fechas, pero como dije antes de que empezara el campeonato, soñar no cuesta nada. ¡Vamos Racing!