7 resultados

El partido que jugamos con Fénix el sábado tiene que haber sido el más vertiginoso de la fecha: cambió de resultado siete veces en 90 minutos.

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Me desperté con el sueño en la cabeza. Ganábamos 2 - 1 y estábamos festejando en el Capurro. Pero fue solo un sueño, así que con la frustración de lo irreal pero la ilusión de lo posible me arrimé a la sede.

Se me acercó un veterano, que al igual que yo esperaba para subirse al ómnibus. Me preguntó si hoy cortábamos la racha, le respondí contándole lo que había soñado. Me miró y me dijo que creía que ganábamos con un gol en la hora.

Se ve que no fuimos los únicos que nos sentíamos cerca de la victoria, porque la cantidad de gente que fue hasta la cancha de Fénix fue increíble.

Después de escalar la escalera de la muerte de la entrada visitante, me senté a esperar el milagro: teníamos que volver con los tres puntos.

Arrancó el partido. Perdemos. Empatamos. Ganamos. Empatamos. Perdemos. Empatamos. Ganamos. Aunque parezcan siete resultados de partidos distintos, esta fue la intensidad del partido en Capurro. Todo en 90 minutos.

Cuando el juez ya había cobrado tres penales (dos para nosotros) y el partido se puso 3 - 3, no podíamos pedir más. Se terminaba, se venían los descuentos.

Un hombre al lado mío les gritaba los jugadores que pusieran un poquito más, que creía que la suerte estaba de nuestro lado. Lo miré, no lo podía creer. Seguía creyendo que el resultado podía variar una vez más y que iba a ser a nuestro favor. Así que también creí.

Sacó Martín, la bajó Nacho Risso y pasó lo mejor: Dorrego se confundió de violeta. Despejó muy mal y la pelota se le metió en su propio arco. Y gol, golazo en contra, pero gol al fin. Nos pusimos 4 - 3 y ya no podíamos pedir más.

No sé si merecimos ganar, pero poco me importa. Cortamos la racha y recuperamos la confianza.

Los puntos altos fueron Luna y Nico. El Fuji se sigue ganando la titularidad por la regularidad que tiene partido tras partido. Lo de Nico es increíble, pasan los años y parece cada vez más joven.

Los juveniles tampoco jugaron un mal partido, aportaron lo más importante para este tipo de encuentros: las ganas de ganar. Están con hambre de fútbol y eso le hizo muy bien al equipo.

El sábado recibimos a los manyas en casa. Los socios entramos con el carnet y cuota al día y los no socios tienen que sacarla a través de algún socio en la sede de 21 de setiembre. ¡A llenar el Franzini!