Con sabor a triunfo
Este modesto club vuelve a mandar claros mensajes de que no solo está para quedarse en Primera.
“Lo habíamos dicho” o “lo veníamos diciendo”, diría el más experimentado comentarista radial. Pero esta columna es del hincha y no puede empezar de otra manera que con un “¡vamos la IASA carajo!”.
Si el tiro del final de Emanuel Centurión no era desviado por el arquero rival y pegaba en el palo, el título de esta columna hubiera apelado a la “perfección” para describir la velada. Pero el empate (con aroma a victoria) nos deja con el entusiasmo intacto y el orgullo bien alto.
Este modesto club, con un entusiasta y talentoso plantel y la guía de un nuevo cuerpo técnico, vuelve a mandar claros mensajes de que no solo está para quedarse en Primera sino que -con un poco más de puntería y atrevimiento- puede luchar por otras metas.
Muy buenas intenciones futbolísticas, alto compromiso con la causa y el tomar conciencia de los propios límites para aprovechar las oportunidades son virtudes que el Flaco Vivaldo deberá seguir impulsando.
Todo ello se vio el viernes en el Centenario. Una vez más, y de nuevo, sirve sumar. En cinco fechas confirmamos que no somos sparring de nadie y que no escatimamos nada de lo que tenemos.
El viernes pudimos ver otra lección de fútbol, amor y talento por la causa, a cargo de Fede Gallego. Pudimos comprobar -no hacía falta, pero por las dudas- que tenemos un enorme arquero que en innumerables veces se mandó atajadas que son goles a favor.
Pudimos ver cómo la defensa sigue tratando de encontrar su funcionamiento ideal, pudimos ver cómo se lucha y se juega en el mediocampo, pudimos por fin gritar con todo el gol de Max Rauhofer e intuir qué buena mano nos podrá dar Alonso.
Y pudimos de nuevo disfrutar al enorme Maureen Franco, obligando como pocos y transpirando todo el tiempo gotas color naranja.
Hasta tuvimos tiempo después del partido para reírnos de las cómicas declaraciones del técnico rival, llorando por los jueces, cuando entre otras cosas todo el estadio vio còmo Núñez debió ser explusado en el primer tiempo en Peñarol, por poner un solo ejemplo.
Para la anécdota, la camiseta del buzón en homenaje a Vicente Celio, presidente de la SAD, hincha y ex presidente de Chacarita. Si me preguntan mi opinión (cosa que por supuesto no hicieron) jugamos siempre de naranja y negro y sus combinaciones en caso de alternativa.
Pero también si me preguntan (tampoco lo hicieron) por mí le juego siempre a Peñarol con una camiseta distinta ya que el resultado -para el “cabalero”- está a la vista.