Jugamos como nunca...

Una nueva fecha pasó y seguimos sin conseguir esa victoria que tanto necesitamos.

rampla.jpg

La constante parece ser siempre la misma: merecemos más pero no concretamos.

Ante todo, corresponde destacar y celebrar nuestra vuelta al Olímpico. Siempre es lindo volver a casa. Ahora nos resta hacernos fuertes y afianzarnos en nuestro estadio, ¡menuda empresa!

Lo cierto es que me dirigí al Olímpico sin muchas expectativas sobre lo que pudiéramos conseguir. Compré la idea que River era una suerte de paradigma de fútbol total vernáculo y entendí que iban a ser superiores a nosotros.

Obvio, los partidos siempre hay que jugarlos y lo que nos dejó el partido en Florida daba para pensar que teníamos herramientas para hacerles daño.


El campo de juego estaba correcto, de lo mejor del Olímpico en los últimos años. De todas maneras entiendo que el mismo “emparejaba para abajo” y disminuía las presuntas virtudes futbolísticas de los colegas aduaneros. Sí, querido lector, como hincha de Rampla me siento orgulloso que mi cuadro haya nacido en la Aduana.

Lo cierto fue que River no fue más que nosotros, pero nos ganó en buena ley. Hicieron los goles que nosotros no pudimos hacer. Rampla trabajó el partido durante el primer tiempo, más que nada al influjo de transportes rápidos y buenas contras. Pudimos haber abierto el marcador, no pudimos.

R
iver tuvo buen manejo pero no reparó en hacer algún que otro “jonrón” cuando la situación ameritaba y tampoco en apelar al pase largo. Todo esto, a quien escribe, le parece más que válido, solo busco “rosariomartinizar” mi columna y desmitificar un poco.

En la segunda mitad River encontró un gol, y las nuestras no entraban. Con ese gol manejaron más aún el partido y la realidad es que, pese a que tuvimos chances, nunca pudimos doblegar a Nicola Pérez. Minutos más tarde, en la misma jugada estuvimos a centímetros de empatarlo y pasamos a perderlo. Todo muy Rampla.

Destaco la lucha, las ganas del equipo, las chances creadas y el aplauso con el que dejó la cancha al final del partido.

Hay muchísimo para trabajar, para afinar, necesitamos concretar chances y cerrar partidos, manejarlos. Esas son -quizás- nuestras mayores falencias (no menores).

En fin, yo el próximo sábado voy a ir a Jardines esperando la remontada. Porque después de todo, de eso se trata ser hincha, ¿no? Borrar la memoria entre semana cuando la cosa va mal e ir a la cancha con renovadas expectativas. Cuando la cosa va bien es fácil...

En fin… ¡Fuerza Rampla, a seguir metiendo!