A fin de año, cuando hagamos el balance y se cierren las tablas de posiciones, veremos si nos acordamos que íbamos uno a cero abajo, que tuvimos el empate, que lo perdimos y que en la recarga nos hicieron el 2 - 0. Veremos cuánto pesa al final que mejoramos bastante cuando íbamos 3 - 1 abajo.

Hasta veremos, repasando el partido, que perdimos -más allá de las virtudes del rival- por nuestros propios errores. Veremos un montón de aspectos más, pero ahora lo que vemos es un equipo que sabe salir a pelear ante la adversidad, que quiere dar vuelta el resultado cuando es adverso (no olvidemos la primera fecha que arrancábamos perdiendo con Rampla para darlo vuelta en el segundo tiempo).

Por más vuelta que le demos, Rentistas es un buen equipo, viene con buen rodaje, sorprendiendo en lo local y haciendo un dignísimo papel en su debut internacional.

Si sabremos los buzones de compartir con los bichos colorados temporadas en el olvido de la B, en esos pequeños clásicos que en otros tiempos supieron ser de barrio. Si sabremos también de haber sabido coquetear con los torneos internacionales (en nuestro inolvidable sueño de Copa Conmebol del 95) y de hacernos fuertes en los regresos a la A.

Esta vez no alcanzó con la garra, el empuje y la emoción para ir a buscar el partido. Hizo falta, como otras veces, más peso en el área de arranque (¿es descabellado pedir a Maureen Franco de titular contra Fénix?).

Pero, también hay que decir, que por más vuelta que le demos, esto recién empieza, tenemos un cuadrazo (queremos que sigan todos, que esos pases de último momento que pueden salir se congelen hasta el próximo período, que me perdonen los jugadores involucrados por este egoísmo de hincha) y con la clase y temperamento que están empezando a demostrar como equipo, hay mucha cosa buena por venir, por más que sabemos todo el trabajo que nos va a dar.