Después de algunos días tengo el placer de volver a escribir sobre nuestro querido Peñarol desde la privilegiada posición de columnista de un portal como Por Decir Algo. En mi último contacto era otra la realidad de este equipo, aún puntero en el Apertura y con el vigor renovado por haber pasado de fase en la Copa Sudamericana.

Vaya si el fútbol trae cambios y hoy nos toca escribir sobre otra realidad, una un poco más fría y alarmante. Luego de un gran arranque de temporada, Peñarol hilvanó cuatro empates en ambas competiciones.

Quedamos lejos en el torneo local, y con un panorama complicadísimo (y diría imposible si no estuviéramos hablando de Peñarol) en la competición continental.

Luego de la durísima batalla librada en el Centenario el pasado martes ante Deportivo Cali, donde Peñarol mostró su mejor cara ofensivamente, pese a haber sido doblegado en defensa por la velocidad del rival, tocaba enfrenar a El Tanque en el Campeones Olímpicos.

Con una línea de tres conformada por Viera, Mac Eachen y Darío (zaga con un nivel de segunda categoría), sin el Japo, Pacheco, Jonathan ni Zalayeta, Fosatti regaló un partido donde la victoria era indispensable.

En el primer tiempo de este encuentro se dio el gol del equipo de Moller, luego de una vergonzosa marca del aurinegro. El match se hizo cuesta arriba y el equipo parecía no reaccionar.

En la segunda mitad, el técnico quiso enmendar su error y dio ingreso a Pacheco, Zalayeta y Jonathan, pero ya era demasiado tarde como para pensar en los tres puntos, y con un gol de Olivera Peñarol sentenció el empate.

En la última bola del partido se suscita un clarísimo penal hacia Olivera que no es pitado por el árbitro, lo que generó el enojo de varios futbolistas carboneros. El penal existió, aunque nada justifica el bajísimo nivel mostrado por el equipo que volvió a llevarse un punto y se alejó aún mas de la punta en el Apertura.

Entre semana el manya deberá quemar las naves en Colombia y traer un triunfo ante el Deportivo Cali, parada que como ya dijimos tiene sabor a quimera; ¡pero vaya si Peñarol sabe de quimeras! Aún queda mucho futbol por jugar.

Habrá que buscar sorprender al albiverde desde el primer minuto y utilizar la velocidad de Jonathan Rodríguez como carta de ataque, para luego defender ese resultado a muerte.

Quedar en segunda fase sería un verdadero fracaso, teniendo en cuenta el nivel del plantel que se armó y lo que estamos arriesgando en el torneo local para que eso no suceda.

Habrá que creer en Peñarol, como lo hicimos toda la vida.