Acostumbrándose a ganar
Una racha que hay que aprovechar, empezando el domingo que viene con Defensor, para seguir demostrando lo exhibido hasta ahora.
Con enorme alegría, otra vez podemos anotar en nuestra historia un resultado de importancia. Por más que falte mucho para terminar el ida y vuelta del campeonato, por más que todavía queda la segunda mitad de este Apertura, por más que todos sabemos que con un par de partidos ganados o perdidos la tabla enseguida se reacomoda, esta victoria ante Tacuarembó es fundamental.
Lo es ahora, por el momento en el que se obtiene: es esencial en lo inmediato para terminar de impulsar el ánimo de plantel e hinchada, acostumbrándose de nuevo a quedarse con los tres puntos cuando esa obligación es explicita y también es primordial a largo plazo, mirando el frio de los números, el fixture y las tablas.
Es de esos partidos ganados de los que te acordás a fin de año cuando las papas queman y te falta un puntito para dejar de temerle al descenso, son de esos puntos que -si bien algunos descontaban como obviamente ganables- hay que concretarlos para que sumen al final.
Esto es: a fin de año nos vamos a acordar de lo importante de estos tres puntos, de lo enorme de ese gol agónico de Fede Gallego, una vez más el encargado en primera persona de hacernos llorar de nuevo de alegría, ya sea contra el alambrado o a la distancia. Eso sí, con el Fede, el llanto siempre es de alegría, una sana costumbre a la que el 10 nos tiene habituados en los últimos años.
Los pegadores de patadas rentados que llevó Tacuarembó sacaron de la cancha a Maureen Franco y Mauricio Alonso ante la mirada bonachona de Martín Vázquez, lo que a esta altura no asombra a nadie, no pudieron impedir que alcanzáramos una interesante rachita de cinco partidos seguidos sin perder, con dos victorias seguidas.
Una racha que hay que aprovechar, empezando el domingo que viene con Defensor, para seguir demostrando lo exhibido hasta ahora: gran entrega, empeño y sacrificio de todos, notorias intenciones de buen juego futbolísitco, un equipo en crecimiento y ajuste permanente que parece haber descubierto su once inicial, en el que los cambios suelen sumar mientras lo que nos venía siendo tan esquivo (que entrara en el arco rival a pesar de tantas ocasiones generadas) se viene dando.
Termino por hoy apelando a un buen resumen de lo del sábado. Lo escribió al regreso en su cuenta de Twitter el enorme Mario Cassetta. Nuestro equipier es un integrante fundamental del grupo, que más allá de cumplir con su tarea, es la voz que muchas veces los jugadores necesitan escuchar en el vestuario, en el ómnibus o la concentración.
Siempre dando todo por la causa, desde la entrega y el respeto se ganó el cariño de todos en el club, en especial de jugadores e hinchas. Mario lleva más de una década en la IASA, desde sus inicios con los más chicos en juveniles hasta su debut en Primera en 2006.
Y resumió como pocos el partido que le ganamos a Tacua: "Volviendo de San José con tres puntos merecidos contra el viento, contra la cancha, contra todas las patadas que pegaron. ¡Vamos nosotros, carajo!".
¡Así es, Marito, vamos nosotros carajo!