Un punto que nadie creía que nos llevaríamos, un partido donde no éramos los favoritos, un momento difícil para Aguada, pero rompimos el invicto de Malvín y el punto se quedó en casa. Vamos por la clasificación pese a todos los obstáculos que van surgiendo; 80 a 72 se cerró un partido para encuadrar.

Aguada no pudo contar con su parcialidad, tras la sanción recibida por los incidentes de aquellos de Palermo. La casa vacía, con algunos hinchas visitantes que llenaron las primeras líneas de una tribuna que extrañaba ese latir rojiverde. Pero ese gigante vibra la misma energía que su hinchada y se hace sentir cuando la pelota pica.

El barrio, es el barrio. Jugar en casa tiene eso, y aunque el panorama pintaba feo se escuchó el himno al final, como siempre, elevando la victoria y haciéndonos presente a todos.

Salimos a la cancha e hicimos lo que teníamos que hacer. Un juego prolijo y seguro, con un muy buen trabajo defensivo. Rodrigo Trelles fue uno de los principales responsables, logrando anular a Mazzarino. La figura de la cancha fue Chris Moss, quien con 28 puntos fue el goleador de la noche.

Un triunfo que anima al equipo e invita a seguir trabajando para entrar entre los ocho mejores de esta Liga. Sabemos de momentos más difíciles, sabemos de cuántos son los que miran del otro lado esperando lo peor, pero somos Aguada y como Aguada no hay.

¡Arriba Aguada una vez más!