Ni blanco ni negro
Excusas y culpables son muy fáciles de encontrar, pero de nada serviría para poder salir de este momento que tanto le duele a jugadores e hinchas.
Difícil explicar el presente que está atravesando el bohemio. Ganar ya no es una palabra repetida como lo era antes y cada vez se vuelve más costoso poder encarar los partidos. Muchas son las “excusas” que se pueden buscar para explicar este momento.
En primer lugar, no nos encontramos como equipo, luego de las innumerables bajas que sufrimos en el período de pases. Aunque también podemos decir que en muchos de los partidos perdidos, el equipo mereció mucho más y hasta llevarse los tres puntos.
Por otro lado, es cierto que los equipos plantean los partidos de una manera diferente cuando juegan contra Wanderers; lo saben incomodar para que no pueda manejar la pelota y hacer su juego, presionando para que no salgan las ideas después de la mitad de la cancha.
También nos podemos molestar con el juez -el arbitraje de Vázquez el sábado fue flojo- o con las canchas de juego, pero hay que admitir que la cancha de Fénix es, como campo de juego, de las mejores en el fútbol local.
Excusas y culpables son muy fáciles de encontrar, pero de nada serviría para poder salir de este momento que tanto le duele a jugadores e hinchas.
Más bien hay que ver qué estamos haciendo como equipo dentro de la cancha, para así mejorar, volver a ganar y sentir esa alegría que nos condiciona cada semana.
Es cierto, está vez se jugó mal. Veníamos de varias derrotas que no le encontrábamos respuesta a cómo habíamos perdido. Pero en esta oportunidad, Fénix dominó y nos ganó bien.
Nosotros no creamos muchas chances de gol y por momentos carecimos de ese toque colectivo que nos viene caracterizando como equipo. El césped estaba ideal para nuestro juego, pero el tamaño de la cancha -al ser muy chica- nos condicionó a la hora de profundizar.
Hay que seguir para adelante, redoblando trabajo, actitud y concentración. No seremos el plantel más largo del fútbol uruguayo, pero material hay y también un DT que sabe aplicar muy bien sus conocimientos. Por algo hace unos meses salimos campeones y fuimos distinguidos como el mejor equipo del medio.
Confiamos en este equipo y en este cuerpo técnico, confiamos en que vamos a volver a sonreír con estos mismos jugadores, que tantas alegrías nos dieron.
Y ahora se nos viene Peñarol. ¿Qué mejor oportunidad para cambiar la pisada? Esperemos poder recibirlos en el templo del fútbol uruguayo y que todo sea una gran fiesta para el pueblo bohemio.
En primer lugar, no nos encontramos como equipo, luego de las innumerables bajas que sufrimos en el período de pases. Aunque también podemos decir que en muchos de los partidos perdidos, el equipo mereció mucho más y hasta llevarse los tres puntos.
Por otro lado, es cierto que los equipos plantean los partidos de una manera diferente cuando juegan contra Wanderers; lo saben incomodar para que no pueda manejar la pelota y hacer su juego, presionando para que no salgan las ideas después de la mitad de la cancha.
También nos podemos molestar con el juez -el arbitraje de Vázquez el sábado fue flojo- o con las canchas de juego, pero hay que admitir que la cancha de Fénix es, como campo de juego, de las mejores en el fútbol local.
Excusas y culpables son muy fáciles de encontrar, pero de nada serviría para poder salir de este momento que tanto le duele a jugadores e hinchas.
Más bien hay que ver qué estamos haciendo como equipo dentro de la cancha, para así mejorar, volver a ganar y sentir esa alegría que nos condiciona cada semana.
Es cierto, está vez se jugó mal. Veníamos de varias derrotas que no le encontrábamos respuesta a cómo habíamos perdido. Pero en esta oportunidad, Fénix dominó y nos ganó bien.
Nosotros no creamos muchas chances de gol y por momentos carecimos de ese toque colectivo que nos viene caracterizando como equipo. El césped estaba ideal para nuestro juego, pero el tamaño de la cancha -al ser muy chica- nos condicionó a la hora de profundizar.
Hay que seguir para adelante, redoblando trabajo, actitud y concentración. No seremos el plantel más largo del fútbol uruguayo, pero material hay y también un DT que sabe aplicar muy bien sus conocimientos. Por algo hace unos meses salimos campeones y fuimos distinguidos como el mejor equipo del medio.
Confiamos en este equipo y en este cuerpo técnico, confiamos en que vamos a volver a sonreír con estos mismos jugadores, que tantas alegrías nos dieron.
Y ahora se nos viene Peñarol. ¿Qué mejor oportunidad para cambiar la pisada? Esperemos poder recibirlos en el templo del fútbol uruguayo y que todo sea una gran fiesta para el pueblo bohemio.