Ni un alfiler
Este equipo de Trouville hace que valga la pena pagar la entrada, y en la tribuna del rojo no cabe ni un alfiler.
Pasaron cuatro fechas desde que escribí por última vez, y en cada una de ellas el equipo se ha seguido superando. Ganamos tres de los cuatro partidos que disputamos desde ese entonces, perdiendo contra Malvín, el último campeón, y habiendo tenido la última pelota en nuestras manos para ganar. Nada de qué preocuparse.
Defensa, defensa y más defensa, es la base de este equipo. Sí, es cierto, los extranjeros están rindiendo de gran forma y aportando mucho en ofensiva; también es verdad que el “Pepo” Vidal es un jugador clase “A”, juega y hace jugar. Pero lo más destacable es que todos y cada uno de los que entran, están muy comprometidos con la causa.
A pesar del cambio de técnico y de algunas piezas, estamos manteniendo el muy buen trabajo de equipo que nos caracterizó las últimas ediciones del torneo, defendiendo como leones y moviendo la bola muy bien –por momentos hasta excelentemente- en ataque.
Estoy muy ilusionado, y perdonen por lo prematuro, pero este equipo me obliga a soñar. Los titiriteros Vidal y Romero, la clase de Joaquín, la entrega del “Rana”, la defensa de Martín, los muy buenos minutos del “Coco”, “Nando” y Soarez cuando les toca, hacen que valga la pena pagar la entrada y el que no quepa ni un alfiler en la tribuna de Trouville.
Lo próximo en el calendario es el partido ante Aguada, el próximo viernes, una vez más en casa. A seguir acompañando al dueño –una vez más y siempre- del barrio, a seguir colmando Chucarro, y por muchos más “Yo te daré”…