Palo, palo, palito

El estilo no lo perdemos, pero las derrotas se acumulan y cada vez se vuelve más urgente conseguir tres puntos.

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Siendo sinceros, creo que a cualquier wanderista le costaba volver al Parque Central.  Fue ahí donde el sueño se esfumó, donde se produjo un gran vacío que solo el tiempo -espero- podrá curar.

Pero también es cierto que para que los sueños se cumplan, hay que intentarlo. Y estos jugadores lo hicieron. Por eso, no había duda que teníamos que ir a apoyar al bohemio, como lo venimos haciendo fecha tras fecha.

Y así fue. "Los Vagabundos" demostraron nuevamente que la hinchada acompaña en todo momento, llenando el tan comentado sector de los visitantes que Nacional da en el Parque.

Si me preguntan cómo se vio el partido, difícil sería explicar una respuesta. Creo que es peor verlo en esa esquina que escucharlo por radio. La perspectiva pasa a ser tu enemigo número uno en ese rincón, que hoy en día es tan cuestionado.

Difícil es también hacer un análisis del partido, ya que cualquier hincha se fue con la sensación que no se debió perder y menos con ese resultado. El bohemio fue amplio dominador en los primeros 20 minutos, proponiendo con la pelota pero sin profundizar demasiado.

Nacional, para el asombro de varios, esperaba atrás de la mitad de la cancha y apostaba a jugar al contraataque.

Así, sin pasar demasiados nervios en el primer tiempo, increíblemente se abrió el partido con esa genialidad del “Chino” Recoba que ha recorrido el mundo.

En el segundo tiempo, el juego fue el mismo: Wanderers con la pelota e intentando por abajo, reventó tres veces el fierro derecho de Munúa. La suerte no estaba de nuestro lado. Primero la entrada del “Chino” que no venía jugando y después los palos que no nos dejaban empatar.

Una vez que el cuadro estaba totalmente volcado al ataque, Nacional aprovechó una contra para liquidar el partido.

Inevitable hablar de Fedorczuk. Sigue demostrando que no está a la altura de dirigir estos partidos (y pensar que es uno de los jueces que nos puede representar en el próximo Mundial).

Permitió pegar y que el conjunto local se haga amigo del reloj. En ningún momento penalizó a los jugadores de Nacional por el tiempo que hacían en cada pelota quieta.

Pero increíblemente si lo hizo expulsando a un alcanzapelotas que estaba haciendo tiempo. La pregunta frente a esta dualidad de criterios es: ¿No se debería penar a los participantes del juego?

En fin, el estilo no lo perdemos, pero las derrotas se acumulan y cada vez se vuelve más urgente conseguir esos tres puntos que vuelvan a dar tranquilidad.

La idea de juego se mantiene, los jugadores la entienden y la aplican, pero falta profundidad para crear más chances de gol y, ¿por qué no?, un poco más de suerte bajo los tres palos.

Por último, ayer recibimos la triste noticia de que se suma una nueva baja por lesión en nuestro plantel. Lamentablemente Matías Quagliotti sufrió rotura de ligamento cruzado. Mucha fuerza, Matías, y el deseo de una pronta recuperación.