Perdiendo pisada
Se volvió a dejar puntos de visitante y ante un Danubio dotado de incertidumbres.
La semana pasada se vio plagada de noticias en los medios de prensa sobre la situación del rival de turno. El equipo de la curva era una usina de problemas de todo tipo, y para peor se colocaba en las últimas posiciones de la tabla. Era un partido más que ganable.
Pero este Peñarol parece no poder sacar ventaja de los problemas del rival, sino más bien todo lo contrario. No solo nos cuesta ganar de visitante, sino que nos cuesta ganar ante equipos de menor nivel. El equipo franjeado disputó el encuentro de igual a igual y el aurinegro no se sintió cómodo en ningún momento en el partido.
Al igual que ante El Tanque, el equipo de Fosatti comenzó tomando un gol en los primeros minutos y por entera responsabilidad de nuestra defensa. Miguel De Los Santos transitó con el balón en su posesión cuanto quiso y remató cómodamente ante la pasividad de la zaga aurinegra. Iban dos minutos y ya estábamos abajo en el marcador.
Después de eso lo de siempre: regalar el primer tiempo. El equipo no se encontraba en el partido y Danubio presionaba y obtenía el balón con facilidad. Los laterales (Diogo y Rodales) de notoria decadencia futbolística que no subían, sumado a la inoperancia de Jorge Rodríguez y la imprecisión de Píriz dejaron un primer tiempo para el olvido. Los primeros 45 se fueron con un Peñarol dormido cuya jugada más clara fue una picardía entre Jonathan Rodríguez y Pacheco que dejó solo al Floridense, pero su remate fue tapado por el arquero danubiano.
El segundo tiempo no trajo mejorías, sino más bien todo lo contrario. Danubio generó chances claras de gol y Peñarol no respondía. Fue en el transcurso de esta segunda mitad que Fosatti optó por colocar a Alejandro Silva primero y a Hernán Novick después para darle mayor dinámica y precisión al ataque aurinegro.
Fue el menor de los Novick el que seis minutos después de su ingreso generó la jugada que dio el empate al decano. Luego de una pared con Zalayeta dejó solo al "Japo" decretó la igualdad en Jardines.
Luego de eso hubo poco más, y el partido se fue muy rápido para un carbonero que parecía despertar pero demasiado tarde. Nuevamente empate.
Habrá que esperar toda una semana para ver nuevamente a nuestro querido Peñarol. El próximo rival será Atenas de San Carlos que viene de vencer a Fenix en Maldonado. De más está decir que es un rival accesible.
En lo personal me gustaría ver jugar de arranque al más humano de los Novick y ¿por qué no colocar a Orteman por Piriz? Es hora de hacer cambios ya que está claro que este equipo no está dando resultados.
Llegó el momento de empezar a ganar si es verdad que este equipo tiene alguna intención de ganar algo a nivel local. Tres uruguayos en lo que va del siglo XXI son muy poquito para el campeón del siglo XX.
Pero este Peñarol parece no poder sacar ventaja de los problemas del rival, sino más bien todo lo contrario. No solo nos cuesta ganar de visitante, sino que nos cuesta ganar ante equipos de menor nivel. El equipo franjeado disputó el encuentro de igual a igual y el aurinegro no se sintió cómodo en ningún momento en el partido.
Al igual que ante El Tanque, el equipo de Fosatti comenzó tomando un gol en los primeros minutos y por entera responsabilidad de nuestra defensa. Miguel De Los Santos transitó con el balón en su posesión cuanto quiso y remató cómodamente ante la pasividad de la zaga aurinegra. Iban dos minutos y ya estábamos abajo en el marcador.
Después de eso lo de siempre: regalar el primer tiempo. El equipo no se encontraba en el partido y Danubio presionaba y obtenía el balón con facilidad. Los laterales (Diogo y Rodales) de notoria decadencia futbolística que no subían, sumado a la inoperancia de Jorge Rodríguez y la imprecisión de Píriz dejaron un primer tiempo para el olvido. Los primeros 45 se fueron con un Peñarol dormido cuya jugada más clara fue una picardía entre Jonathan Rodríguez y Pacheco que dejó solo al Floridense, pero su remate fue tapado por el arquero danubiano.
El segundo tiempo no trajo mejorías, sino más bien todo lo contrario. Danubio generó chances claras de gol y Peñarol no respondía. Fue en el transcurso de esta segunda mitad que Fosatti optó por colocar a Alejandro Silva primero y a Hernán Novick después para darle mayor dinámica y precisión al ataque aurinegro.
Fue el menor de los Novick el que seis minutos después de su ingreso generó la jugada que dio el empate al decano. Luego de una pared con Zalayeta dejó solo al "Japo" decretó la igualdad en Jardines.
Luego de eso hubo poco más, y el partido se fue muy rápido para un carbonero que parecía despertar pero demasiado tarde. Nuevamente empate.
Habrá que esperar toda una semana para ver nuevamente a nuestro querido Peñarol. El próximo rival será Atenas de San Carlos que viene de vencer a Fenix en Maldonado. De más está decir que es un rival accesible.
En lo personal me gustaría ver jugar de arranque al más humano de los Novick y ¿por qué no colocar a Orteman por Piriz? Es hora de hacer cambios ya que está claro que este equipo no está dando resultados.
Llegó el momento de empezar a ganar si es verdad que este equipo tiene alguna intención de ganar algo a nivel local. Tres uruguayos en lo que va del siglo XXI son muy poquito para el campeón del siglo XX.