Problema Central
Volvimos a perder y quedamos a 5 puntos del líder en la cancha más insegura del fútbol uruguayo.
Una vez más se registraron penosísimos incidentes antes, durante y después de un partido disputado en la cancha de Nacional. Por supuesto que, mas allá de los arduos intentos del local por complicar la venta de entradas para nuestro público en la medida de lo posible, llenamos el lamentable sector que nos asignaron del pequeño estadio.
Que se le permita a esta institución cometer este tipo de injusticias es un hecho que debe preocuparnos a todos los amantes del fútbol. Claro, de haber habilitado la venta previa en los locales de cobranza que se usan habitualmente, se habrían agotado las entradas mucho antes del día del partido, generando una vez polémica sobre la peor tribuna del fútbol uruguayo.
Una vez más, y para no perder la costumbre, el operativo policial fue extraordinariamente malo. Para empezar, se recibió a la hinchada con violencia, desde que se bajó del ómnibus que los transportaba. Como pasa muchas veces, la violencia empezó por los encargados de erradicarla, o por lo menos controlarla. De cualquier manera, lo peor estaba por venir.
Por supuesto que una vez dentro en la tribuna, las provocaciones y los proyectiles que caían del lado donde se encontraban los "hinchas" locales, no se hicieron esperar. ¿La guardia policial? Del lado de Racing, nada más.
En ese contexto comenzó el partido. Mauricio mandó a Carlos Díaz de titular en lugar de Dudok, y a Affonso en lugar del Torito. Evidentemente con esto esperaba tener mas pelota, y un poco más de velocidad arriba. Lo cierto es que no resultó.
Tuvimos mucho más la pelota que Nacional, pero nos costó mucho llegar, y la falta de Ernesto en la mitad de la cancha hizo que quedaran huecos enormes que el rival supo explotar bien. El dueño de casa no tuvo ningún problema en resignar casi por completo el control de la pelota y tirarse a atrás para jugar al contragolpe.
Debemos decir que a ellos sí les resultó la táctica, porque con una posesión de pelota que seguramente haya estado por debajo del 40% en el primer tiempo, llegaron mucho más que nosotros.
De hecho, a los 12' ya iban ganando. Ese fue el trámite del primer tiempo, y sin ser por Tabó, o una de las numerosas infracciones que el árbitro les permitió cometer, nos costó mucho acercarnos al arco de Munúa.
El segundo tiempo fue casi un calco. Nacional apilando hombres en defensa, marcando mucho y muy bien. También, es justo decir, se valieron de un juez que les permitió pegar cuanto quisieron.
Un Racing con dominio total del terreno y la pelota, pero sin ideas, no le encontró nunca la vuelta al partido y no jugó como lo hace habitualmente. Recién faltando menos de 5', un tiro de afuera encontró una respuesta floja de Contreras y se liquidó el cotejo. Bah, eso me pareció, no se ve nada desde esa tribuna.
Lo más triste de la jornada vino después. A pesar del mensaje difundido por la voz del estadio, la parcialidad local no fue retenida ni un minuto y salió a la par de nosotros. De cualquier forma, la provocadora hinchada alba no fue el problema, sino los encargados de la seguridad.
He escuchado muchos relatos sobre las múltiples situaciones (todas reprobables) que se sucedieron a la salida del encuentro. Otras las vi. Los reclamos de nuestra gente ante el accionar de la policía fueron respondidos con aún mas violencia y provocaciones.
Además de palazos injustificados, y de que uno de los guardianes del orden atropellara con su moto a una mujer de nuestra hinchada, un miembro de nuestra institución fue agredido y apresado por intentar documentar lo que estaba ocurriendo. No conforme con eso, intentaron destruir la cámara que usaba con dicho fin.
No me parece que sea casualidad que en todos los partidos que se juegan en ese recinto haya incidentes con la Policía. Esa cancha, en esas condiciones, no puede recibir público visitante.
Hay que hacer malabares para comprar entradas, desde ese rincón no se ve nada, lanzan proyectiles desde el lado de Nacional impunemente.
Si a eso le sumamos que riegan el lado del terreno de juego para el que atacan ellos, hay evidencia más que suficiente para suspender la cancha por varias fechas. Quizás la solución sería arreglar las cámaras de vigilancia del predio, ya que evidentemente no captan nada.
En fin, estas dos derrotas consecutivas han sido un golpe duro, pero no letal. Seguimos estando segundos y tenemos la chance de reponernos este fin de semana cuando enfrentemos a la IASA. Volveremos a copar la tribuna y a alentar como siempre.
Porque el resultado no nos interesa, es que te quiero más que ayer, pero mucho menos que mañana. Vamos acadé.