​La semana aparte

Luego de una desastrosa derrota ante Rampla, Peñarol afronta los días previos al clásico de manera especial.

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En el correr de la pasada semana, en Los Aromos se planificó el encuentro ante Rampla como una antesala al clásico, sin comprender la trascendencia que tenían esos puntos en la tabla anual. Así se colocó a Bizera en la zaga y se jugó al futbol solo en los primeros 45 minutos.

Una vez más, el plantel más caro del medio se vino abajo en pleno partido y el verdirrojo pareció ser demasiado para el poderoso Peñarol.

El aurinegro comenzó ganando con un gol de Pacheco de afuera del área en el primer tiempo. Pero la segunda mitad resultó ser muy distinta: se dejó jugar más al picapiedra y así dio vuelta el resultado hasta ponerse 3 a 1 arriba. Sobre el final, Carlos Nuñez marcó de cabeza el descuento para el aurinegro.

Con el pitido de Falce se fue otra vergonzosa presentación carbonera y otros tres puntos en manos de un rival recientemente ascendido, con problemas económicos y de infraestructura, además de tener un plantel absolutamente inferior al de Peñarol.

Pero aparte de eso, con el pitido de Falce comenzó la semana más linda: la semana del clásico. Dotada de frases trilladas y estadísticas inútiles, la semana clásica es la semana favorita de todo hincha de Peñarol, y más en las condiciones en las que nos encuentra en esta oportunidad.

El hincha mirasol, el verdadero amante del oro y del carbón tiene que ser un adicto a las situaciones adversas, un completo aguafiestas. Por eso el "partir como víctimas" puede sentarle bien al este equipo.

No tengo dudas de que un enfrentamiento entre ambos planteles, cara a cara y en su mejor nivel terminaría en una victoria aurinegra, pero de ahí a que Fosatti logre plasmar en la cancha el mejor juego de Peñarol es harina de otro costal.

Ni "clásicos son clásicos", ni "no hay favoritos", ni "eran los de antes"; yo estoy convencido de que el manya tiene las herramientas necesarias para volver a ganarle a su tradicional rival y esto lo digo dejando de lado el peso histórico de ambas camisetas y los últimos enfrentamientos.

Creo que logrando neutralizar a Iván Alonso y explotando la velocidad de Jonathan Rodríguez y el peso ofensivo de Zalayeta podemos lograr un buen resultado. Además contamos con el eterno verdugo del cuadro de La Blanqueada: Antonio Pacheco.

Aun logrando una victoria el próximo domingo, y aunque llegáramos a golear nuevamente al rival de todas las horas, nada salva ni atenúa el vergonzoso semestre que está transitando el club campeón del siglo XX.

Pero ni los malos momentos, ni la campaña política en el club pueden dividirnos o separarnos a los manyas de corazón en este momento. Esta semana tiramos todos para el mismo lado, una obligación histórica nos obliga a apuntar hacia un mismo objetivo: ganarle nuevamente a Nacional.