Soy de Fénix, no de los resultados

La situación se complicó. Además de sufrir varias derrotas, vemos cómo los equipos que pelean abajo suman una fecha tras otra.

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Le podemos echar la culpa a la suerte, al técnico, a los jugadores, al juez y a lo que se nos ocurra. Lo cierto es que, más allá de atravesar una racha negativa, no estamos ligando nada.

"Teníamos todo para ganar y lo perdimos". "No te puedo creer que nos claven ahora, si no hicieron nada". "Eso nos pasa por no liquidarlo". Esas tres frases son un ejemplo que se pueden utilizar en varios partidos a lo largo del Apertura.

Para ser hincha de Fénix, al igual que sucede cuando uno simpatiza con un cuadro chico, significa que uno asume estar preparado para sufrir y reconoce que van a ser más las malas que las buenas.

Pero que nos quiten lo bailado cuando nos toca festejar. Esa sensación es difícil describirla con palabras y el resto no te entiende cuando le decís: "Fue la primera vez en mi vida que le gané a Peñarol luego del 4 - 3".

Eso no significa que al perder con Rentistas, Rampla o Racing uno no se caliente. Estoy convencido que a nivel institucional, tomando en cuenta plantel, condiciones de entrenamiento, etcétera, somos superiores.

Sin embargo, cuando lo tuvimos que demostrar en la cancha, terminamos masticando la bronca y puteando a lo primero que se nos cruzó por la cabeza. "Tiene que jugar fulano, no mengano". "Morimos con los ojos abiertos, había que hacer tal cosa". Todos somos técnicos, todos tenemos la posta.

La situación se complicó. Además de sufrir varias derrotas, vemos cómo los equipos que pelean abajo suman una fecha tras otra.

Amo la ilusión de arrancar el campeonato y soñar con terminar en la cima. Soy consciente de que eso es muy difícil suceda, aunque no le permito a nadie robarme la ilusión.

Quedan dos partidos para que termine el torneo y, si me dan a elegir, me conformo con un triunfo ante Cerro. Después será el turno de la directiva decidir si tanto Gustavo Bueno como el plantel que tenemos son los indicados para afrontar el desafío que se nos viene.

¡Somos Fénix y hemos salido de peores! Pase lo que pase, venga lo que venga, sea en el éxito o en el fracaso, lo único que quiero es vivirlo juntos. Darte un abrazo a vos que no te conozco cuando nos toque festejar un gol, dejar la garganta a tu lado a la hora de alentar.

Porque si hay algo que me enseñó ser hincha de Fénix, es saber que tanto lo bueno como lo malo es más lindo si lo vivimos juntos.

¡No baja!

PD: Me encanta ver cada día más chiquilines hinchas del club. Ellos son el futuro, pero es necesario que sean conscientes que el cuadro que ahora ven en Primera pasó años en la B y la C, esa que los veteranos le dicen "Extra". Si sabremos lo que significa estar en las malas...