Con una triste derrota de atrás ante Racing, Peñarol despidió el año de la peor manera, como si en esos últimos 90 minutos se resumiera un semestre que comenzó con enormes expectativas pero una vez más terminó en la nada.

Otro torneo que se va, disputando las últimas fechas con un DT interino y resignando hasta la Tabla Anual como si fuera una costumbre.

Quiero decirle al socio que no es normal para un club grande como Peñarol contratar dos técnicos por año, tener una plantilla de 35 jugadores, cinco laterales derechos y un promedio de jugadores juveniles en Primera terriblemente bajo.

No sirve de nada tener formativas de primer nivel con lujosas instalaciones, si los talentos jóvenes son llevados al exterior a través de arreglos con contratistas, sin ser aprovechados en el primer equipo. Todos estos son síntomas de un club que se encuentra deportivamente enfermo.

Y sí, es verdad que se han mejorado cuestiones institucionales como la economía del club, el número de socios, o diversas obras de infraestructura como el Centro de Alto Rendimiento o el propio estadio del cual se aferra el oficialismo como bandera política.

Pero nada de eso sirve si no se gana en la cancha, porque a fin de cuentas Peñarol es un equipo de fútbol y no un club social, y el fracaso deportivo bajo la conducción de Damiani es tan estrepitoso como indefendible.

¿A quién se le ocurre decir que Peñarol es el club que más ganó en los últimos años? En ocho años solo pudo ganar dos Campeonatos Uruguayos. Una afirmación de esa naturaleza es una falta de respeto para todos los socios que nos preocupamos, nos calentamos y queremos que el manya vuelva a ser lo que la historia le obliga a ser.

Por eso el próximo sábado hay una oportunidad única de elegir un modelo de conducción del club. Y aunque hay cuatro listas, las encuestas indican que el panorama electoral se ha polarizado entre el oficialismo que propone a Juan Pedro Damiani como presidente, y la alianza entre 2809 y Renovación Aurinegra que ofrece a Marcelo Areco.

Es un pensar de algunos que poco influye quién sea el presidente en los resultados deportivos venideros, pero es inconmensurable la importancia que tiene este acto electivo para la historia del club.

Todas tus ideas, tus preocupaciones, tus calenturas y tus propuestas se pueden ver representadas con un voto que define más que a un presidente, define una política institucional.

Por eso es vital que todos los socios nos informemos bien y acudamos el próximo sábado al Palacio Peñarol entre las 10 y las 20 horas, para votar y sobre todo para votar bien. Peñarol te necesita.