Basta con cerrar los ojos y recordar cómo estábamos hace quince, diez, cinco años sin ir más lejos, para correr a abrazar y aplaudir a jugadores, técnicos, directivos, funcionarios, gerentes y -por supuesto- a todos y cada uno de estos jugadores que terminaron de cumplir la primera parte de este campeonato crucial para nuestro club con toda dignidad y con las chances intactas de soñar con mucho más que la permanencia.

Está claro, después de esta primera vuelta, que habrá que estar con toda la atención fecha a fecha mirando la tabla del descenso. Ese es, hasta nuevo aviso, el objetivo primordial. No estamos salvados ni mucho menos, aunque podemos respirar aliviados por resultados muy alentadores, como el del sábado contra Wanderers.

Lamentablemente esta vez las obligaciones, la distancia y la altura del año me mantuvieron alejado de San José, donde hacemos de locales aunque (por lo menos en lo personal) sin sentirnos tal cosa en el Casto Martínez Laguarda.

Pero la alegría por ganarle a MWFC es tremenda. No solo por lo bien que nos viene terminar ganando y por lo mucho que suman esos puntos en las dos tablas, por la ventaja aumentada que supone sobre los que están abajo en la "Fatídica".

Terminamos el campeonato con confirmaciones en la defensa, con una gráfica que crece en eficiencia. Con un mediocampo que tuvo mejores y peores, pero que siempre, fuera cual fuera el resultado, supo cumplir.

Y con una delantera que hasta ahora prometió más de lo que cumplió, aunque cuando lo hizo fue siempre en momentos fundamentales, como el gol de Colman, su segundo en todo el campeonato, pero importante como pocos al final.

En el balance, hay que mencionar a todos, del primero al último de los integrantes del plantel de jugadores. Varios muchachos que vienen desde hace años con la naranja en el pecho, muchos que escribieron la historia del último ascenso, más los que llegaron con sus aportes y esperanzas.

Desde el arco, Irazún y sus manos ganaron más de un punto, con atajadas que valen como goles a favor. Una defensa sólida donde Carrera y Edgar, y también Viotti y Alsina cuando les tocó sumarse, alternaron con Pereiro y Argachá (parejísimo todo el campeonato e inspirado en las redes).

Un medio que no pudo contar plenamente con el enorme Yantorno, supo poner pierna y fútbol al ritmo del experto Pellejero, con el talento explosivo y constante de Fede Gallego y Luna. Ni hablar de Díaz, que siempre que entró lo hizo muy bien.

Adelante, todo lo que aporta Maureen (incluyendo goles fundamentales y oficio), más Rauhofer, Colman y lo que insinuó Alonso. Me olvido de algunos nombres (corro a agregar a Miranda, Giménez, Quintana), pero no de todo lo que cada uno puso siempre que entró con la del buzón.

Gracias a todos, sin excepciones. Gracias por haber sabido cumplir en esta primera parte y gracias por habernos devuelto a los hinchas de Sud América la capacidad de disfrutar el presente y soñar con el futuro.