A seguir metiendo
Rampla encaró este clausura renovado.
Foto: elbravorampla.blogspot.com
No sé cuánto tiempo hace que no me pierdo dos partidos de Rampla seguidos. Debe hacer años. Pasa que este año tocaron las vacaciones anuales y la AUF no ayudó con el fixture. Vivirlo desde otro lado que no es la tribuna, con los amigos de siempre, resulta rarísimo. Uno no sabe qué hacer; a qué rituales atenerse, si prestar atención, si no. En fin, para quien va a todos los partidos hace años es casi una experiencia nueva.
Rampla encaró este clausura renovado. Desde el técnico (Jorge Walter “Chifle” Barrios es el responsable de esa área en lugar de Saralegui) hasta algunos jugadores que integraron la columna vertebral del torneo pasado. Se fueron García, Barreto, Aprile y Malán, entre otros y llegaron Santucho, Ale Rodríguez (retornó), Jim Morrison Varela, Mauro Vila, Luis Machado y los argentinos Fagúndez y Orlando.
Los resultados demostraron que el campeonato pasado debimos haber hecho más puntos de los que logramos. Rampla culminó con 17 puntos y perfectamente pudo haber superado la barrera de los 20, pero eso ya es pasado.
El “Chifle” está encarando el nuevo torneo con un club necesitado de puntos, con los problema económicos de siempre, con un cuadro para armar y con la ilusión -compartida con los hinchas- de conservar la categoría. Desde el principio el ídolo bohemio evitó poner excusas, apuntando a que había que trabajar y focalizarse en lo que tenía y no en las eventuales carencias. Un discurso por demás valorable en los tiempos que corren. Poco a poco fueron llegando las incorporaciones y se vino el debut con la IASA en San José, una parada más que difícil.
Sin radio y con una internet más bien pobre, desde Rocha -el balneario del horror- tocó seguirlo por WhatsApp gracias a la gentileza de los amigos de siempre que dijeron presente en el estadio donde nunca se pierden las pelotas. El Chifle, pese a que llegaron entrada la preparación mandó a la cancha a Santucho, Ale Rodríguez, Morris (a decir del ex Selección Uruguaya) Varela y de enganche a Richard Núñez. Un esquema bastante conservador pero atinado ya que enfrentabamos a un equipo con más rodaje y mejor preparado que el nuestro. Para colmo el capitán y dueño del arco rojiverde, Bernardo Long, se lesionó y se perdería los primeros encuentros. Danilo Saen, juvenil valor se hizo cargo del arco Picapiedra de gran manera. Rampla, no sin sufrir, sacó un empate ante un durísimo rival que permitió continuar trabajando y ganando confianza.
Siete días más tarde el equipo fue el mismo para recibir a El Tanque en nuestro querido Estadio Olímpico. Esta vez la Internet ayudó y pude seguir el partido por radio acompañados de gritos de gol que llegaban en forma de Nota de Voz. Ganar era vital para redondear 4 puntos de 6 disputados y encarar de la mejor manera el pequeño receso por la asunción de mando. Se consiguió pero no sin sufrir. Rampla debió dar vuelta el resultado y superar un empate cerca del final para luego lograr el triunfo sobre la hora con notable acción individual de Paul Dzeruvs, emblema rojiverde de lucha -en el acierto o en el error-.
De estos dos partidos lo más importante que queda son los resultados logrados, se logró descontarle puntos a todos los rivales directos en el descenso. También hay que destacar la labor de Danilo Saen, quién dió una importante mano en el arco y no hace más que confirmar que ese puesto está más que cubierto por dos tipos de la casa. Rampla deberá seguir buscando su juego, su forma, ajustando en defensa y automatizando en ataque. No me preocupa jugar lindo ni bien, me preocupa lograr resultados y tener un equipo comprometido para permanecer en primera. Ambas cosas se han visto en estos encuentros (pese a que quien escribe no fue testigo, el dato es de buena fuente) por esto sólo resta seguir trabajando y apoyando para continuar dando pasos cortos y seguros, parafraseando a nuestro DT.
¡Fuerza Rampla, a seguir metiendo!
Rampla encaró este clausura renovado. Desde el técnico (Jorge Walter “Chifle” Barrios es el responsable de esa área en lugar de Saralegui) hasta algunos jugadores que integraron la columna vertebral del torneo pasado. Se fueron García, Barreto, Aprile y Malán, entre otros y llegaron Santucho, Ale Rodríguez (retornó), Jim Morrison Varela, Mauro Vila, Luis Machado y los argentinos Fagúndez y Orlando.
Los resultados demostraron que el campeonato pasado debimos haber hecho más puntos de los que logramos. Rampla culminó con 17 puntos y perfectamente pudo haber superado la barrera de los 20, pero eso ya es pasado.
El “Chifle” está encarando el nuevo torneo con un club necesitado de puntos, con los problema económicos de siempre, con un cuadro para armar y con la ilusión -compartida con los hinchas- de conservar la categoría. Desde el principio el ídolo bohemio evitó poner excusas, apuntando a que había que trabajar y focalizarse en lo que tenía y no en las eventuales carencias. Un discurso por demás valorable en los tiempos que corren. Poco a poco fueron llegando las incorporaciones y se vino el debut con la IASA en San José, una parada más que difícil.
Sin radio y con una internet más bien pobre, desde Rocha -el balneario del horror- tocó seguirlo por WhatsApp gracias a la gentileza de los amigos de siempre que dijeron presente en el estadio donde nunca se pierden las pelotas. El Chifle, pese a que llegaron entrada la preparación mandó a la cancha a Santucho, Ale Rodríguez, Morris (a decir del ex Selección Uruguaya) Varela y de enganche a Richard Núñez. Un esquema bastante conservador pero atinado ya que enfrentabamos a un equipo con más rodaje y mejor preparado que el nuestro. Para colmo el capitán y dueño del arco rojiverde, Bernardo Long, se lesionó y se perdería los primeros encuentros. Danilo Saen, juvenil valor se hizo cargo del arco Picapiedra de gran manera. Rampla, no sin sufrir, sacó un empate ante un durísimo rival que permitió continuar trabajando y ganando confianza.
Siete días más tarde el equipo fue el mismo para recibir a El Tanque en nuestro querido Estadio Olímpico. Esta vez la Internet ayudó y pude seguir el partido por radio acompañados de gritos de gol que llegaban en forma de Nota de Voz. Ganar era vital para redondear 4 puntos de 6 disputados y encarar de la mejor manera el pequeño receso por la asunción de mando. Se consiguió pero no sin sufrir. Rampla debió dar vuelta el resultado y superar un empate cerca del final para luego lograr el triunfo sobre la hora con notable acción individual de Paul Dzeruvs, emblema rojiverde de lucha -en el acierto o en el error-.
De estos dos partidos lo más importante que queda son los resultados logrados, se logró descontarle puntos a todos los rivales directos en el descenso. También hay que destacar la labor de Danilo Saen, quién dió una importante mano en el arco y no hace más que confirmar que ese puesto está más que cubierto por dos tipos de la casa. Rampla deberá seguir buscando su juego, su forma, ajustando en defensa y automatizando en ataque. No me preocupa jugar lindo ni bien, me preocupa lograr resultados y tener un equipo comprometido para permanecer en primera. Ambas cosas se han visto en estos encuentros (pese a que quien escribe no fue testigo, el dato es de buena fuente) por esto sólo resta seguir trabajando y apoyando para continuar dando pasos cortos y seguros, parafraseando a nuestro DT.
¡Fuerza Rampla, a seguir metiendo!