Cuando los tropezones son caída

Nacional se ha desdibujado de forma creciente sembrando la duda y consumiendo la paciencia de los hinchas.

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En las últimas semanas Nacional se ha desdibujado de forma creciente sembrando la duda y consumiendo la paciencia de los hinchas, la cual no se caracteriza por ser abundante.

Lo primero a remarcar es que este Nacional no es diferente al del semestre pasado, por más simpatía que uno les pueda tener, el equipo no puede colapsar ante la ausencia de Rafa García y Henry “volví a ser un jugador pero me desacato en Durazno” Giménez.

Juega a lo mismo, plantea lo mismo, pero con efectividad menor. Esto nos lleva a la situación actual, en la cual algunos jugadores están por debajo de su rendimiento, otros muestran que quizás no son las estrellas que nos prometían y la política de incorporaciones no ha sido la acertada.

Es cierto que uno no está en los detalles de la diaria, pero rompe los ojos ver que mientras Alonso está lesionado, Taborda tiene una rotura en una rama y un desgarro de raíz, Abreu está conociendo el proceso político de Correa, Juan Cruz Mascia está cedido a Wanderers, dejándonos sin referencia de área, fundamental en este esquema de tres medios puntas.

Este sistema es el único que se puede plantear, dado que no tenemos en el plantel volantes que puedan jugar por izquierda o derecha y sea ese su puesto natural. Esto reduce las opciones para afrontar situaciones diferentes. Hoy, jugamos con tres medio puntas e inventamos un nueve, o metemos tres volantes de marca mientras improvisamos qué sucede delante de ellos.

Un segundo punto es el tema de la defensa, la cual no tiene un jugador natural en todo el plantel para un puesto (lateral derecho) y la compra que se hizo para reforzar la zaga no está al nivel siete semanas después de su incorporación. Si Rafael García se iba de la institución, el primer jugador a incorporarse debería haber sido un defensa pronto para jugar, no una apuesta al futuro.

Este Nacional nos llenó de alegrías, nos mostró un equipo jugando con intensidad y concentración, pero dependía mucho de estar fino en situaciones puntuales, algo que hoy no estamos logrando.

Espero que la situación se revierta y creo que algunos indicios pueden haber. En primera instancia creo que es claro que no se le puede pedir a Pereiro, un juvenil, que sea quien cargue con la responsabilidad excluyente de armar el fútbol. Estimo que la presencia de Recoba de titular va en ese sentido.

En segunda instancia, tanto en el segundo tiempo con River, como con Danubio, mostramos otra cara, pero a base de impulsos individuales y sin una idea clara.

Por último, apelo a una mayor concentración y a algunos cambios en la oncena que enmienden algunos errores gruesos de criterio que estamos tomando, tanto por nerviosismos y ansiedad, o por falta de jerarquía directamente.

Vamos nosotros.