​Donde tiene que estar

El carbonero derrotó a River 2-1 y quedó como único puntero del torneo Clausura.

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El domingo me fui a dormir caliente, y no caliente como producto de un estímulo provocado por los seres del sexo opuesto, tampoco tenía fiebre ni me estaba por transformar en Sayayín (mayores de 30 googleen sayayín). Pero luego de la elemental victoria de mi Peñarol querido ante River me tuve que fumar que los periodistas deportivos de este país coincidan en su mayoría en que "el equipo jugó mal"  y/o que el partido fue un calco del encuentro ante El Tanque.

Desde mi punto de vista el aurinegro hizo un solvente partido, destacando sobre todo la solidez defensiva y la entereza mental de un desafío que significaba mucho más que tres puntos. Sin ser un ballet, mi equipo golpeó en sus momentos de mayor lucidez y no pasó zozobras cuando no tuvo el balón.

Tal fue mi satisfacción tras el encuentro que decidí dedicar lo que restaba de la tarde a consumir peligrosas dosis de periodismo deportivo (un poco más que lo habitual). Fue entonces que luego de disfrutar de la indisimulable amargura del conductor de uno de estos programas dominicales, inconscientemente dejé que la opinión de alguno de estos muchachos afectara mi psiquis.
Y me fui a dormir caliente.

Pero por suerte arranqué el año radiante, ya que ni bien amanecí, recordé la tabla del clausura y se me hizo agua la boca de solo pensar en la Anual. Y luego, haciendo uso de un discernimiento arropado por la arbitrariedad que genera la pasión de estos dos colores, realicé un análisis ecuánime del "match".

Empezando por el arco, Migliore no disfrutó de una buena tarde aunque no fue exigido en demasía, puesto que River abusó de balones etéreos y  este jamás se encontró cara a cara con ningún atacante darsenero. Salió muy mal en el gol del equipo del Prado aunque este se viera viciado de una nulidad no sancionada por el árbitro.

En la zona defensiva corresponde destacar la actuación de Gonzalo Viera que hizo sus primeros minutos en este campeonato sin que se notara, o mejor dicho sin que se viera (¿?). El zaguero se mostró muy firme sobre todo en el juego aéreo. Quizás sea hora de que eachen a Mac Eachen. (ya les avisé que me levanté radiante).

De mitad de cancha hacia adelante Peñarol hizo un correcto partido. Si bien fue de más a menos, logró llegar al área rival con peligro hasta en los minutos finales y contó con un Zalayeta inspirado y luchador, y un Gabriel Leyes que se terminó de ganar la titularidad con un golazo.

Por último corresponde destacar la determinación que mostraron nuestros futbolistas cuando hubo que salir al ataque y a la hora de cuidar el resultado. A mi juicio, en ese aspecto estuvo la GRAN diferencia respecto al encuentro con El Tanque. No puedo en esta ocasión criticar los cambios defensivos del DT puesto que la mentalidad ofensiva del rival podía hacer sucumbir la diferencia cosechada en los primeros 45 minutos.

Increíblemente ese mediáticamente apaleado Peñarol amaneció puntero. Como se suele decir: ni éramos tan malos antes, ni somos unos fenómenos ahora. Con este plantel estamos ni más ni menos que donde tenemos que estar.

@Iker_Monchakos