En deuda con su gente
Danubio venció a Peñarol de visitante 3-2 y lo obligó a compartir la punta del torneo.
La semana pasada remarcábamos la trascendencia que podía llegar a tener una victoria aurinegra ante el equipo de la Curva luego de aquel solvente 2-1 ante River Plate. Ganarle a Danubio implicaba despegarse aún más del resto de los equipos en la lucha por el Clausura, y candidatearse definitivamente para hacerse con el mismo.
En ese espíritu se dieron cita los parciales de mi club el sábado, acompañando una vez más al querido Peñarol y confiando en otra sobria actuación por parte de los jugadores.
Y una vez más el carbonero quedó en deuda con su gente, ya que a los ocho minutos, esas más de 35.000 personas tenían que ver como su equipo perdía por 2-0 y parecía no reaccionar dentro de la cancha.
El primer gol fue consecuencia de un balón que cruza el área sin ser despejado por ninguno de nuestros futbolistas, y que encuentra Hamilton Pereira quien curiosamente estaba solo para rematar. El segundo fue de penal, producto de una mano de Gonzalo Viera luego de una pelota quieta.
Intentando dejar atrás este vergonzoso comienzo, el equipo empezó a avanzar en el terreno de juego sin muchas ideas pero con otro tesón. Era menester descontar antes del entretiempo y así lo logró Marcelo Zalayeta, quien permitió que el aurinegro se fuera al descanso con un vigor renovado.
Y el local, empujado por su gente salió a disputar los segundos 45 con mayores ganas, y fue así que con un zurdazo de Diogo Silvestre logró empatar el encuentro y todo parecía indicar que iba a seguir de largo.
Pero este Peñarol, además de carecer de conceptos básicos en materia defensiva, parece faltarle carácter a la hora de definir los partidos. Así que nuevamente con un balón parado Danubio puso al decano contra las cuerdas y con solo colocar el esférico en el área chica se hizo de tres puntos vitales. Migliore no salió y Valdez puso el cuero al fondo de la red. Otro ejemplo claro de cómo no hay que defender.
Para peor, luego del 3-2, el mirasol tuvo 25 minutos (15 de ellos con un hombre de más) para empatarlo y ganarlo, pero no fue capaz ni siquiera de ello, y la gente terminó volviendo a su casa desilusionada.
Todo lo cosechado en el partido ante River Plate se echó a perder el pasado sábado y por ende el equipo de Bengoechea deberá volver a empezar, esta vez ante Atenas de San Carlos en Maldonado, donde deberá demostrar nuevamente sus aspiraciones.
Si bien queda tela por cortar, ya es hora de adquirir regularidad y empezar a ganar con asiduidad si es que estos jugadores tienen ganas de arrebatarle el título al rival de todas las horas.