Intranquilo
Peñarol volvió a dejar puntos, esta vez ante Atenas de San Carlos, y el exitismo vuelve a estar a la orden del día.
Los dos últimos encuentros disputados por el equipo de Bengoechea tuvieron como denominadores comunes a la ansiedad y a las distracciones, sobre todo en el sector defensivo. Lo cierto es que el aurinegro no ha vuelto a repetir aquellos rendimientos que le permitieron vencer a Defensor y a River Plate.
Puntualmente, el pasado domingo pudimos ver a un Peñarol tímido y endeble, que no supo concretar las pocas chances que generó a lo largo del encuentro, y que volvió a mostrar a un Emiliano Albín y a un Antonio Pacheco en un pésimo momento.
Luego de un primer tiempo en el que el "team" fue de más a menos, los once futbolistas que defendieron nuestra camiseta entraron a disputar la segunda mitad con una inusual incertidumbre. Esa incertidumbre desembocó en el gol del equipo local, provocado por una tan caótica como lamentable marca de Albín.
Luego de eso, bajó desde la tribuna la desesperación y la ansiedad, para inmiscuirse en la sangre de los jugadores y del técnico y así impedir que Peñarol logre dar vuelta el resultado.
El empate de Urreta llegó relativamente rápido y fue la única ocasión en 90 minutos la que el equipo logró poner un balón en el área con cierto peligro. Era el 1-1 y la historia, los colores y el apoyo de la gente hacían creer que el equipo iba a seguir de largo, pero una vez más los ingenuos optimistas como quien escribe se equivocaban.
La presión y el ingreso de Facundo Rodríguez frustraron todo plan de revertir el resultado, y pese a la entrada de Olivera nadie fue capaz de volver a levantar un centro que genere peligro de gol.
Este 1-1 aleja a mi equipo de la punta y lo hace depender de otros resultados para hacerse con el clausura, pero estas rachas han cambiado, cambian y cambiarán en un futbol tan parejo y mediocre como el nuestro. Por esta razón es que creo que no es momento de salir a cortar cabezas y a denostar al técnico o al capitán, lo más conveniente ahora es mirar para adelante y afrontar los próximos retos con la calma y la paciencia de un equipo GRANDE como el que nos atañe.