Mirar para adentro

A dos puntos. Vamos acortando la brecha con los de arriba, tras dos victorias consecutivas.

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Jugamos mejor, aunque todavía no conforma. Con un equipo sin Alonso, Nico ni Nacho como titulares; y con Báez, Felipe Rodríguez y Bentancourt (quien ya parece haber perdido oficialmente su nombre por el de Cavani) desde el arranque, Defensor tuvo algo más de profundidad.

Aún no convence, hay un sinfín de jugadas sin concretar y erramos demasiado en el último toque. Pero ganamos.

Bien por el Huevo que volvió a su nivel regalándonos el empate, y bien por Campaña que tuvo dos tapadas al final que gritamos como goles.

Y Nacho, siempre Nacho, que entró al partido en el momento justo para estar donde tiene que estar y empujarla adentro, después de que Báez se la dejara en los pies. No hizo nada pero hizo todo.

De atrás y en la hora. Más no podemos pedir. O sí. Porque los cinco minutos que estuvo detenido el partido fueron patéticos. Que a nadie se le ocurra decir que ganamos por Juan Pablo Rodriguez, los jueces o los «hinchas» violetas. Todos contribuyeron a que fuese una escena deplorable.

Juan Pablo Rodríguez estuvo desde el arranque caldeando el ambiente, empezando por el momento que gritó el gol a nuestra tribuna. Los hinchas violetas respondieron en el mismo lenguaje. No justifica.

El operativo policial fue totalmente inútil, al igual que los árbitros que deberían haber suspendido el partido si es que vieron la patada de un hincha desde atrás del alambrado (¿¡desde atrás del alambrado!?, resulta insólito solamente decirlo) y aún así el partido se siguió jugando.

El club debería tomar medidas con el «hincha» y prohibirle la entrada. Hace rato dejamos de ser ese Defensor diferente del que nos gusta a hablar y de a poquito se van sumando estas acciones totalmente reprochables. Empecemos a mirar hacia adentro.

Sin importar lo haya hecho Juan Pablo Rodríguez, incluyendo esa caída ridícula a raíz de la patada karateka ninja fulminante (físicamente imposible de hacer a través de un alambrado), nunca deberían justificarse estas cosas.

Vamos, que somos pocos y nos conocemos entre todos.

El fin de semana que viene nos cruzamos con Sud América. A no perder la concentración, que treparnos a la punta depende de nosotros.