¡Se puede!
Debemos estar más unidos que nunca, cada uno en su rol empujando para dejar al Picapiedra en primera.
Mucha agua bajo el puente ha pasado desde mi última columna. Vayan las disculpas del caso para mis seguidores (?) (¡Quedate quieto! ¿Quién sos? ¿Valdano escribiendo para El País de Madrid?).
Pasó, entre otras cosas, el ultra tratado incidente del partido ante Danubio. Como hincha sólo me gustaría condenar lo sucedido. Siempre fuimos una hinchada que se caracterizó por alentar y acompañar al cuadro. Celebro, de todas formas, la acción tomada por el club, los hinchas involucrados y espero que como hinchada tomemos conciencia sobre cómo debemos comportarnos en la cancha.
Pasó también que, en lo deportivo, Rampla tiene sus altibajos. Al día de hoy tenemos 10 (diez) puntos cosechados luegos de 7 (siete) fechas. Tenemos 3 (tres) puntos más que la rueda anterior. Eso, de por sí, es positivo.
En un ejercicio digno de un catedrático de matemáticas del MIT (Massachusetts Institute of Technology) entiendo que con 10 (diez) puntos más nos salvamos. Asumiendo que frente a Fénix y el rival de todas las horas no perdemos. ¡Hay chance y hay equipo!
Creo que, humildemente, el “Chifle” y su equipo han hecho un buen trabajo. Tenemos un plantel corto y se ha logrado una correcta cosecha de puntos en lo que va del campeonato. El grupo parece unido y convencido, sólo resta abrochar una seguidilla de resultados para poder respirar en la fatídica.
Desde lo táctico, creo que el esquema que mejor le va al cuadro es con una línea de cuatro volantes; ya sea con un 4-4-2 o un 4-2-3-1, poblando la mitad de cancha. De jugar Richard se lo libera más (de enganche o mediapunta) y podemos llegar por los costados. Esto sucedió frente a Racing y cosechamos una gran victoria.
Rampla debe potenciar sus virtudes, con sus armas, proponer un fútbol de respuesta (entiendo que no tenemos equipo para salir a proponer o jugar de igual a igual con la mayoría de los rivales) y así lograr el objetivo de quedarnos en primera.
Ahora viene Nacional, no me meto en la polémica del Parque, la tribuna, etcétera, no me importa. A mi me encanta jugar contra los grandes. Me encanta ser “menos” en el Estadio o en el Parque y estar ahí en la tribuna, con los de siempre, alentando. Es como que nos une, nos fortalece y las victorias o empates se viven como finales del mundo. Sólo por eso vale la pena pagar la entrada y arrimarse el domingo. Sino, querido hincha, haga memoria las últimas veces que visitamos el Parque o la última vez en el estadio frente a Peñarol. ¡Yo qué sé, yo no me lo perdería!
Para cerrar esta columna, me gustaría dejar un mensaje positivo y esperanzador. ¡Se puede! ¡Hay equipo y hay ganas! Debemos estar más unidos que nunca, cada uno en su rol empujando para dejar al Picapiedra en primera.
¡Fuerza Rampla! ¡A seguir metiendo!
Pasó, entre otras cosas, el ultra tratado incidente del partido ante Danubio. Como hincha sólo me gustaría condenar lo sucedido. Siempre fuimos una hinchada que se caracterizó por alentar y acompañar al cuadro. Celebro, de todas formas, la acción tomada por el club, los hinchas involucrados y espero que como hinchada tomemos conciencia sobre cómo debemos comportarnos en la cancha.
Pasó también que, en lo deportivo, Rampla tiene sus altibajos. Al día de hoy tenemos 10 (diez) puntos cosechados luegos de 7 (siete) fechas. Tenemos 3 (tres) puntos más que la rueda anterior. Eso, de por sí, es positivo.
En un ejercicio digno de un catedrático de matemáticas del MIT (Massachusetts Institute of Technology) entiendo que con 10 (diez) puntos más nos salvamos. Asumiendo que frente a Fénix y el rival de todas las horas no perdemos. ¡Hay chance y hay equipo!
Creo que, humildemente, el “Chifle” y su equipo han hecho un buen trabajo. Tenemos un plantel corto y se ha logrado una correcta cosecha de puntos en lo que va del campeonato. El grupo parece unido y convencido, sólo resta abrochar una seguidilla de resultados para poder respirar en la fatídica.
Desde lo táctico, creo que el esquema que mejor le va al cuadro es con una línea de cuatro volantes; ya sea con un 4-4-2 o un 4-2-3-1, poblando la mitad de cancha. De jugar Richard se lo libera más (de enganche o mediapunta) y podemos llegar por los costados. Esto sucedió frente a Racing y cosechamos una gran victoria.
Rampla debe potenciar sus virtudes, con sus armas, proponer un fútbol de respuesta (entiendo que no tenemos equipo para salir a proponer o jugar de igual a igual con la mayoría de los rivales) y así lograr el objetivo de quedarnos en primera.
Ahora viene Nacional, no me meto en la polémica del Parque, la tribuna, etcétera, no me importa. A mi me encanta jugar contra los grandes. Me encanta ser “menos” en el Estadio o en el Parque y estar ahí en la tribuna, con los de siempre, alentando. Es como que nos une, nos fortalece y las victorias o empates se viven como finales del mundo. Sólo por eso vale la pena pagar la entrada y arrimarse el domingo. Sino, querido hincha, haga memoria las últimas veces que visitamos el Parque o la última vez en el estadio frente a Peñarol. ¡Yo qué sé, yo no me lo perdería!
Para cerrar esta columna, me gustaría dejar un mensaje positivo y esperanzador. ¡Se puede! ¡Hay equipo y hay ganas! Debemos estar más unidos que nunca, cada uno en su rol empujando para dejar al Picapiedra en primera.
¡Fuerza Rampla! ¡A seguir metiendo!