Actitud de capitán
Más allá de los resultados deportivos, hay jugadores que se merecen un reconocimiento por su adhesión al club.
Las líneas de hoy van dedicadas a Ignacio Pallas. Hay jugadores que no precisan brillar para demostrar su importancia dentro de un plantel. Esos que la falta de talento la ocultan con un corazón que no entra en el pecho y en cada partido dejan todo en la cancha.
Futbolistas que más allá de su rendimiento deportivo tienen una ascendencia vital dentro de un plantel y se encargan de guiar al grupo mientras transcurren los vaivenes del campeonato.
Se los llama capitanes y nosotros tenemos el honor de ver cada fin de semana a Ignacio Pallas con esa cinta pegada en su brazo.
Llegó en 2011 y con el correr de los partidos pasó de ser un jugador de renombre a transformarse en un referente en base a sus goles, sus despejes y, sobretodo su compromiso con la causa y su adhesión con el club.
Recuerdo que al comienzo, soportó las críticas de algunos hinchas que le resaltaban su paso por Racing. Por suerte no les hizo caso y entendió que el fanatismo ciega a las personas y las convierte en irracionales.
Muchas veces los hinchas pretendemos que los jugadores defiendan la camiseta de la misma manera que nosotros lo haríamos aunque, internamente, no sepamos parar una pelota. Criticamos a los que “no meten” o son “fríos” y los acusamos que juegan así porque “no sienten la camiseta”.
Desconozco si “Nacho” es hincha y asumo que seguramente no lo sea. Sin embargo, estoy seguro que siente la camiseta y la defiende a muerte.
El otro día, con la nariz partida en mil pedazos que no paraba de sangrar, “Nacho” dijo “véndame que no me duele y sigo”. Demostró que no es necesario haber nacido en Capurro ni ser hincha de un club para defenderlo hasta el final.
Demostró que el compromiso está por encima de todo y dejó en claro que si para cumplir el objetivo hay que dejar sangre en la cancha se dejará.
Quedan cuatro finales y las vamos a pelear. No se lo que pasará, pero de lo que estoy seguro es que los jugadores van a dejar todo hasta el final.
¡No Baja!
Futbolistas que más allá de su rendimiento deportivo tienen una ascendencia vital dentro de un plantel y se encargan de guiar al grupo mientras transcurren los vaivenes del campeonato.
Se los llama capitanes y nosotros tenemos el honor de ver cada fin de semana a Ignacio Pallas con esa cinta pegada en su brazo.
Llegó en 2011 y con el correr de los partidos pasó de ser un jugador de renombre a transformarse en un referente en base a sus goles, sus despejes y, sobretodo su compromiso con la causa y su adhesión con el club.
Recuerdo que al comienzo, soportó las críticas de algunos hinchas que le resaltaban su paso por Racing. Por suerte no les hizo caso y entendió que el fanatismo ciega a las personas y las convierte en irracionales.
Muchas veces los hinchas pretendemos que los jugadores defiendan la camiseta de la misma manera que nosotros lo haríamos aunque, internamente, no sepamos parar una pelota. Criticamos a los que “no meten” o son “fríos” y los acusamos que juegan así porque “no sienten la camiseta”.
Desconozco si “Nacho” es hincha y asumo que seguramente no lo sea. Sin embargo, estoy seguro que siente la camiseta y la defiende a muerte.
El otro día, con la nariz partida en mil pedazos que no paraba de sangrar, “Nacho” dijo “véndame que no me duele y sigo”. Demostró que no es necesario haber nacido en Capurro ni ser hincha de un club para defenderlo hasta el final.
Demostró que el compromiso está por encima de todo y dejó en claro que si para cumplir el objetivo hay que dejar sangre en la cancha se dejará.
Quedan cuatro finales y las vamos a pelear. No se lo que pasará, pero de lo que estoy seguro es que los jugadores van a dejar todo hasta el final.
¡No Baja!