Si bien hace seis meses tampoco obtuvimos un triunfo ante Rentistas, las razones para aquello y los momentos son completamente diferentes. Quizás, en aquella tarde tremendamente ventosa, en la que no se podía ni jugar al futbol en el Complejo Rentistas, le dijimos adiós al atisbo de esperanza que nos quedaba de luchar por el Apertura.

Yo creo que este domingo le dijimos adiós a la Copa Libertadores, aunque fuera a un supuesto repechaje. Si es que a alguien le quedaba alguna esperanza.

¿La diferencia radica entonces entre un empate y una simple derrota? Claro está que no. En aquel entonces éramos segundos y quizás futbolísticamente los mejores del campeonato. Hoy estamos últimos, y si es por partidos como los de este fin de semana, es más que lógico.

De más está decir que ni el equipo, ni ninguno de los entrenadores que pasó por él le ha encontrado la vuelta a un plantel cuyos rendimientos han estado sensiblemente por debajo de aquellos que tuvieron hace seis meses. Y esto hace tiempo que realmente preocupa. 

¿Esto quiere decir que la derrota del fin de semana no fue culpa del Vasco? No necesariamente. Me animo a decir que con el equipo que paró en este partido no le podemos ganar a nadie.  En el momento en el que estamos, inventar una línea de tres con Cardozo, Cayetano y Torres me parece catastrófico. De hecho, lo fue.

No era el momento de poner a Cardozo, ni es la posición de Torres, ni mucho menos de Ángel Cayetano, que si no puede jugar bien en el medio, mucho menos lo iba a poder hacer de zaguero. Fue siniestro lo del número 16.

El problema no termina ahí. El carrilero por izquierda era Juan Pablo… Sin palabras. Esa responsabilidad le generó demasiado desgaste y quedó -obviamente- muy lejos del arco.

En el medio jugó de titular Mauro Estol. No dudo que sea un buen jugador, y en Racing, justamente, no nos vamos a quejar de que se le den oportunidades a los juveniles. Habría que ver si estando últimos es el momento adecuado. También hay que cuidarlos a los chicos.

Rentistas desde el principio fue más y creo que no sorprendió a nadie que nos convirtieran en el entorno de los 10', como siempre. Creo que de ahí en más nos fuimos paulatinamente adueñando del terreno, pero sin generarles peligro.

Lo más importante fue alguna jugada iniciada por afuera de Agustín, un tiro de Juan Pablo desde lejos, algún córner producto de las veces que infructuosamente intentamos desbordar. Por otro lado, cualquier contra del "bicho" desnudaba las brutales falencias defensivas académicas. 

Los planes para el segundo tiempo se vieron frustrados cuando, para variar, recibimos un gol en la primera jugada en la que el rival pisó el área. Hoy por hoy, un 0 - 2 es demasiado cuesta arriba.

Racing intentó crear peligro, pero francamente no vi nada que me hiciera creer que podíamos llegar a empatar el partido. Juan Pablo, que con mucha vergüenza deportiva fue el que más luchó, encontró el descuento cuando el partido ya estaba 0 - 3.

Pero ni eso importó y terminamos recibiendo otro gol increíble. Por donde se lo mire, el segundo tiempo sobró y simplemente quisimos que terminara. 

Ahora bien, hay rendimientos y actitudes de muchos jugadores que están muy por debajo de los esperados, es cierto. Y tenemos todo el derecho del mundo a estar molestos, y quizás hasta de hacer reclamos, pero dentro de ciertos márgenes.

Así como me parece increíble que parece que nos hayamos olvidado de cómo jugar al fútbol, tampoco nos podemos olvidar de las alegrías que nos dio este mismo plantel. Ni hablar que si algún jugador dirigió algún insulto de cualquier tipo a un hincha está mal, pero este momento es difícil para todos y la única forma de salir es todos juntos.

Por eso si existe la posibilidad del diálogo, nunca va a dejar de ser la mejor opción. Habrá que seguir yendo a alentar con la esperanza de enderezar esto lo suficiente como para cosechar los puntos necesarios para ir a la Sudamericana.

Somos Racing, hemos salido de mucho peores. Hasta la semana que viene.

En las malas mucho más.