Ellos se lo merecen

Se viene el último partido del campeonato y los jugadores se merecen que los acompañemos para agradecerles el esfuerzo.

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Se viene el último partido del campeonato y los jugadores se merecen que los acompañemos para agradecerles el esfuerzo que realizaron por cumplir el objetivo de mantenernos en Primera.

El sábado tenemos que estar todos. No importa si dejaste de ir cuando asumió Rosario, ni tus calenturas por el precio de las entradas, ni cualquier otro motivo que te haya privado de ir a la cancha a ver al cuadro. Este plantel, incluyendo al cuerpo técnico, con sus defectos y virtudes asumieron la responsabilidad de dejarnos en la A y lo lograron.

Ya habrá tiempo para que cada una de las partes realice su balance. Está claro que se cometieron errores que tenemos que tomarlos como ejemplo para no repetirlos. De la misma manera hay aspectos tanto a nivel deportivo y de la hinchada que son absolutamente destacables. Pero el sábado el Parque Capurro tiene que ser una fiesta. Tiempo al tiempo.

A nivel personal estoy convencido que el actual plantel estaba capacitado para aspirar y pelear por objetivos más altos que mantenerse en Primera. No tengo dudas que ellos sentían lo mismo y por eso resalto la rebeldía que tuvieron para salir adelante cuando las cosas se pusieron feas. De afuera puede parecer fácil, pero te la regalo jugar con esa presión.

Más allá de todo el entorno que involucra a este partido, no dejo de lado la importancia que tienen los tres puntos que están en juego. El campeonato que viene arrancamos jodidos y tenemos que afrontar este partido sabiendo que para no sufrir en el futuro el triunfo tiene que quedar en casa.

Porque Fénix es de Primera y de Primera no se va. El sábado nos vemos todos porque al fin y al cabo, después de todo lo que sufrimos, nos merecemos darnos un abrazo y gritar bien fuerte: ¡no baja!

PD: Espero que cada uno pueda disfrutar a su manera y que la alegría no se vea afectada una vez que termine el partido. Que los jugadores puedan darse su merecido abrazo sin tener que cuidarse de algún vivo que se mete a la cancha o los apreta para pedirle la camiseta o el short.