No hizo verano

Caímos por décima vez en el campeonato. Esta vez el verdugo fue River, que mereció ganar.

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Antes de hablar del partido, me parece penosa la actitud del locatario de fijar el precio de la entrada a la tribuna visitante en 300 pesos. No solo que dudo mucho que ese haya sido el precio al que los hayamos sometido nosotros, sino que tampoco íbamos a deleitarnos con un espectáculo del otro mundo.

Nosotros hace tiempo que no desplegamos un juego atractivo, y River, bueno, es el de siempre: pelotazos a los laterales y punteros rápidos. Igual jugaron mucho mejor que nosotros. Bah, o por lo menos salieron a ganar.

Nosotros volvimos a la línea de 4 en el fondo y, por ende, a la línea de 4 en el medio. No sé si consecuencia de eso, de un mal día, o mérito del rival (que sin duda lo tuvo), pero jugamos aún peor de lo que lo veníamos haciendo.

Al margen de que no es de nuestro agrado el estilo de juego que ha propuesto el Vasco desde que es el entrenador de la Academia, no hay dudas de que se puede jugar bien usándolo. No fue el caso. Dos jugadas de gol en todo el partido (una de pelota quieta), muy poca tenencia de pelota y menos creación.

Por su parte el local, con muy poco, nos complicó mucho. Presión en la mitad de la cancha y pelotas largas fueron su fórmula para dominar el cotejo en todos los aspectos. Hasta el físico: antes ganábamos en la hora, ahora perdemos.

Así y todo el partido se terminó definiendo con una penal cobrado pasada la hora. A mi en la cancha no me pareció de ninguna manera que había sido penal. La imagen televisiva no me termina de convencer de lo contrario.

En cualquier caso, en el fútbol el que sale a empatar, merece perder. Y nosotros salimos a empatar, o por lo menos abusamos de la especulación.

Esta caída nos devuelve al último puesto en la tabla del Apertura y al sexto en la Anual. Aunque parece que Danubio, gran club de escritorios, reclamaría los puntos por una irregularidad en el contrato de un jugador rival. Si el tribunal correspondiente avalara el fallo, caeríamos fuera de la zona de clasificación a campeonatos internacionales.

A esta altura hasta dudo que merezcamos jugar a nivel continental, pero no obstante habrá que dejar todo atrás y buscar los puntos ante Peñarol. Creo que lo que más me reconforta es la posibilidad de una sustancial recaudación ante uno de los posibles campeones del torneo.

Francamente es penoso que nos hayamos encontrado con tantas dificultades de todo tipo (a pesar de las ausencias), después de todo lo bueno que se había hecho en la primera mitad del año futbolístico. Agradezco al menos haber ganado al clásico, pero evidentemente una gaviota no hizo verano.

Nos vemos el domingo, EN LAS MALAS MUCHO MÁS.