Puntero de ébano
Marcelo Zalayeta volvió a allanar el camino para acercarse un paso más a la obtención del Clausura.
De esa madera oscura, de gran densidad y altísima calidad que crece al sur de la India, Sri Lanka y algunos lugares del oeste africano, está hecho el gran Marcelo Danubio Zalayeta, el símbolo de esta primavera futbolística que atraviesa el Club Atlético Peñarol.
Esgrimimos que el pivot aurinegro está hecho de ébano, no en alusión a su tez morena, sino en cuanto a sus extraordinarias aptitudes. Así como el ébano es útil para fabricar mobiliario, utensilios y el piano de Paul McCartney, Zalayeta baja los misiles que dispara Migliore, asiste y define con una clase a la que no estamos acostumbrados los consumidores de fútbol uruguayo.
La polivalencia de este experimentado futbolista lo lleva a no ser únicamente ese 9 de área encargado de dar el toque final en la fabricación del gol. Por el contrario, su función pasa por la generación de fútbol, la búsqueda de espacios que dejen a un compañero solo y también, ¿por qué no?, la definición. El delantero en análisis es el goleador aurinegro en este campeonato con 10 anotaciones.
Como bien dijo un amigo mío previo al encuentro ante Rentistas, en el que los "bichos colorados" habían colocado entradas a precio de ópera: "Yo no voy a pagar la entrada pensando en que le estoy dando plata a Rentistas, yo pago la entrada para ver jugar a Zalayeta". Y esa noche, como la tarde del pasado domingo, la Pantera hizo valer cada peso pagado en su nombre.
Ante Fénix, "Tucu Tucu" despertó en mi ser la motivación para dedicarle esta columna. Con su metro noventa defendió hasta el cansancio en los balones parados del rival, lideró todos los contragolpes que llevó a cabo el equipo y asistió de manera exquisita a Luis Aguiar cuando puso el definitivo 2 - 0.
Emociona verlo correr durante todo el partido, disputar balones con vehemencia, proteger la pelota con su humanidad y recibir una infinidad de golpes para luego limpiar el balón con una brillantez propia del fútbol del viejo continente. Zalayeta logra hacer el trabajo sucio con pulcritud.
Su profesionalismo y su clase nos ha dejado hoy en lo más alto, a un paso de conseguir ese primer objetivo que es el Torneo Clausura. Solo espero que mantenga este nivel si nos toca disputar las finales del Uruguayo para lograr ponerle ese broche de ébano a todo ese gran fútbol desplegado durante el año.
Desde ya, ¡gracias Marcelo!