Noche fría en "La Fortaleza", como le llaman a la cancha de Lanús, que tiene un aire al Parque Central por cómo está ubicada, en medio de una zona de residencias bajas.

Lindo escenario, por cierto. Pasto en excelentes condiciones y muy buena iluminación. La gente granate no acompañó en el número que al menos yo esperaba, pero obviamente se hicieron sentir.

En los papeles, sacar un empate de visitante por una fase eliminatoria de una copa (sea Sudamericana o Libertadores) es un gran resultado, sabiendo que se define en casa.

Claro está que lo mejor es hacer al menos un gol fuera del país para especular con el famoso "gol de visitante". No importa, no se perdió y tenemos todo para avanzar si hacemos los deberes en nuestra cancha. Linda oportunidad.

Como en el partido pasado ante Liverpool, nuestras mejores cartas para desequilibrar mostraron un nivel bajo o, más bien, un nivel que no desequilibró. Felipe y el Huevo Lozano no hicieron de las suyas y, sumado a que tampoco se manejó muy bien la pelota de mitad de cancha hacia adelante, fuimos poco peligrosos para el arco granate.

El equipo argentino tuvo sus chanches y se vivieron momentos de tensión  que fueron apagados una vez más por una gran actuación de nuestro arquero Martín Campaña.

Cuando Martín fue vencido, el que se vistió de bombero fue Guillermo De Los Santos salvando una pelota en la línea de gol pronta para entrar y hacer gritar a todo el público grana que estaba en la tribuna.

Este domingo nos enfrentamos al ascendido Villa Teresa y ya es motivo de debate entre nuestra parcialidad si poner la oncena que viene jugando o rotar al plantel de cara a la revancha del próximo jueves.

En mi opinión (y es la mía), Juan debería rotar en los puestos que sea posible para dar un poco de descanso. Recordemos la cantidad de partidos que este plantel viene afrontando hace poco más que un mes, y si me preguntas a mí (a mí) prefiero no sumar ante Villa Teresa pero avanzar en la Copa.

¡Acompañemos todos este jueves! ¡Nada más lindo que una noche de Copa en nuestro Franzini!