El pasado sábado a las 18:30 en el Estadio Centenario, el aurinegro disputó su sexto partido en lo que va del Apertura. Encuentro donde Bengoechea cosechó su tercera victoria al hilo, hito que el DT jamás había logrado, por más extraño que parezca.

Lejos de lo extraño estuvo esta presentación carbonera, que volvió a desplegar el mismo fútbol improvisado y anunciado de partidos anteriores. Aquel que funciona en la medida que funcionen sus individualidades. Y de esa insulsez reinante, el puntero de ébano a quien tantos párrafos hemos dedicado en elogios, se ha visto contagiado.

En un encuentro que contó con los goles de Ifrán, tras una muy buena jugada de Diogo; Aguiar, luego de un excelente taco de Forlán; y Aguirregaray sobre el final del match, no apareció el fútbol del moreno goleador.

Y es que resulta difícil de creer como un jugador de la calidad de Marcelo Zalayeta puede cambiar tanto su rendimiento en tan solo un par de meses. Se lo ve mucho más impreciso y hasta más lento. Y aunque sus ganas parecen ser las de siempre, participa del juego menos que antes.

El propio jugador ha reconocido el pasado lunes que está analizando dejar el fútbol a fin de año, aludiendo que se debe a motivos personales. Hay quienes entienden que este mal momento de Zalayeta se debe a su nuevo rol como capitán y la presión extra que ello conlleva, otros buscan la explicación en el reloj biologico de este futbolista de 36 años de edad.

La "Pantera" jugó al futbol 70 minutos ante Racing antes de pedir el cambio y ser sustituido por Carlos Luque. El delantero en análisis no gozó de una buena tarde y, aunque mostró mayor determinación que en partidos anteriores, no logró crear situaciones de riesgo. El ingreso del argentino, sumado al de Cristian Palacios, le dio otro ritmo al ataque de Peñarol.

Lo cierto es que "Tucu Tucu" nunca fue un cúmulo de expresiones, pero jamás me ha sido más oportuna la pregunta: ¿Qué pasa contigo, Marcelo Zalayeta? ¿Por qué pensás en retirarte y no en disfrutar de tu segundo deporte favorito?

Entiendo que no es momento de hacer ese tipo de consideraciones. Nos gustaría que vuelvan tus ganas de jugar a la pelota, tu impronta física y tu siempre recordada sonrisa.