Esa sensación

Extendimos nuestra racha de partidos sin perder frente al ex-puntero del campeonato en el Estadio Centenario.

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Después de ya cuatro partidos sin conocer la derrota, "recibimos" en el estadio a Nacional. Si bien veníamos de dos victorias consecutivas, en líneas generales quizás este último partido haya sido incluso mejor que los anteriores futbolísticamente. Al menos por momentos.

Quizás lo que más sorprendió, al margen de la titularidad de Juan Manuel Díaz en el lateral izquierdo, fue la posición de Polifuncional Trindade, quien dejó el lateral para ocupar un puesto en la mitad de la cancha junto con Nicolini y Dudok (de alto rendimiento).

¿Qué les voy a decir? A mí me gusta más de lateral. Si bien no fue malo su desempeño general, una pelota perdida por él nos costó recibir el primer gol en un momento que no merecíamos estar en desventaja.

Tampoco sé si hubiera sido justo irnos al descanso en ventaja, pero por lo menos este fin de semana se planteó un partido de propuesta. Contrario a lo que hizo el rival.

Cuando la segunda mitad recién comenzaba recibimos otro gol en una jugada extraña. En un pelotazo largo a la espalda de los zagueros, Alonso va a buscar la pelota y luego decide dejarla pasar por encontrarse en evidente posición adelantada. Esto distrae claramente a nuestros defensores, causando que Sebastián Fernández defina solo.

La incidencia de Alonso es determinante para el desarrollo de la jugada, tanto que es el único motivo por el cual termina en gol. No termina de quedar clara la nueva reglamentación. O quizás se usa para favorecer a quien hay que favorecer.

Este hecho por supuesto marcó el trámite del complemento. La visita decididamente eligió jugar al contragolpe y Racing movió el banco y fue en busca del descuento y posterior empate.

Ezquerra y Zabala fueron las primeras opciones del entrenador para cambiar el partido. Sin embargo el encargado de abrir el camino fue Franco Romero, después de una segunda jugada en un tiro de esquina. Gran rendimiento del lateral derecho.

A pesar del empuje del equipo, no era el momento de mayor claridad, pero partir de este momento se sintió claramente que se podía encontrar el empate. Y es que después del segundo de Nacional, nosotros tuvimos alrededor de 5 chances claras de gol, y ellos apenas una. Llegó el momento de quemar las naves y Larrosa mandó al goleador Quiñones en lugar de Díaz.

El 11 le bajó una pelota a Ramis que se movió muy bien (volvió a rendir muchísimo durante todo el partido) y remató de zurda, pero la pelota se encontró injustamente contra el vertical. Pocos minutos después se encontraron los jugadores que habían ingresado recientemente.

Zabala se la pasó a Ezquerra, que inmediatamente se la dio a Líber. Con el oportunismo propio de los goleadores y un derechazo cruzado fenomenal nos hizo delirar nuevamente. Se dice que está gordo, que le cuesta moverse, saltar y que tenía demasiados minutos en cancha.

Yo creo que todo eso es cierto, pero la manda a guardar y por eso siempre es bueno tenerlo. Este sábado el goleador histórico nos volvió a demostrar por qué.

La sensación que daba -y terminó dando- el partido a esa altura era que si el partido duraba cinco minutos más, seguíamos de largo. A pesar de terminar más enteros, no pudimos romper el empate y se extinguió el tiempo.

Me quedó con esa sensación, la de haberle dado vuelta el trámite -nuevamente- a un equipo grande , la de pelear hasta el final, la de haber sido el equipo que propusiera, la de haber evitado la derrota por quinta vez seguida, la de seguir sumando. Aunque no nos salieran las cosas precisamente durante varios pasajes del partido.

A seguir por esta senda, hasta el fin de semana que viene. Salú.