Creo que en vista de los resultados obtenidos en este semestre, nos encontramos muchos de nosotros profundamente decepcionados. Lo cual es malo, claro, pero también es bueno, ya que quiere decir que las expectativas eran muy altas.

Por supuesto, no era para menos. Poco a poco se fue formando un plantel que, por lo menos en cuanto a nombres, debe ser uno de los mejores de los últimos años. A un equipo ya competitivo, con Juan Pablo, Zabala, Dani Acosta, Franco Romero y Nicolini, entre otros, se le sumó la presencia de grandes figuras.

El ahora goleador histórico del club, Líber Quiñones, el mago Leandro Ezquerra, Jean Pierre Barrientos, Jonathan Ramis y, por si fuera poco, posteriormente Juan Manuel Díaz.

De todos estos el que más me convenció fue Ramis. Muchísima dinámica, técnica y picardía. Le faltó gol para todo lo que generó. Sacando la última fecha en que tuvo un par de errores que nos costaron caro, me gustó mucho también Díaz en los partido que jugó.

No es que los demás hayan jugado mal, sino que no cumplieron con las expectativas que teníamos de ellos, que -insisto- eran muy altas. Es que Racing en general no convenció casi en ningún momento del campeonato.

De hecho me pareció que, sin ser por la primera fecha en que dimos vuelta un resultado adverso agónicamente, los partidos que ganamos no los ganamos jugando bien. O mejor dicho, con nuestro estilo.

También vale la hacer la excepción del último partido en que, a pesar de la derrota, creo que jugamos bastante bien. Por lo menos si tenemos en cuenta que generamos alrededor de diez chances de gol más que el rival, que además culminó tercero en el campeonato.

En el resto tuvimos momentos, nada más. Combinaciones, conexiones entre jugadores claramente talentosos, períodos específicos de ciertos partidos o algún tiempo entero (como el primero con Plaza Colonia o River) en los que jugamos bien.

No estoy -ni creo que nadie esté- capacitado como para caerle a alguno de los entrenadores responsables del equipo, pero por momentos quizás fuimos presos de esos nombres que tenemos. Una cosa es tener grandes jugadores, otra es formar un gran equipo.

Así fue que Dudok le cambió un poco la cara a la mitad de la cancha con su marca (aunque lo vi algo más criterioso con la pelota también) y ni hablar que Ramis lo hizo en el ataque. A Líber lo quiero siempre en mi equipo porque es un goleador, pero quizás jugó más minutos de los que físicamente podía.

Como no soy quien para hacer valoraciones individuales ni quiero aburrirlos (aún más) no las voy a hacer. En lugar de eso, habiendo comentado ya sobre el rendimiento general del equipo, prefiero ir a lo concreto.

Terminamos el torneo con escasos 17 puntos. A pesar de lo anterior, no hace falta ni mencionar que este año tampoco vamos a sufrir con el descenso y eso también merece ser destacado.

Dicho esto, gracias a lo mediocre y parejo del torneo que recién culmina (que tuvo un campeón con puntaje menor al que hicimos nosotros en el Apertura anterior) estamos a 7 puntos del cuarto lugar, y a 6 del último puesto de clasificación a un torneo internacional.

Claro que tenemos a muchos equipos por delante y para alcanzar tales puestos habrá que sumar mucho. Sin ir más lejos, el año pasado hicimos 45 puntos en el año (para alcanzar esa cifra tendríamos que sumar 28 puntos) y quedamos afuera por muy poquito.

Ahora es momento de tomar algunas decisiones y esperar con ansias que vuelva el fútbol porque, en cualquier caso, no hay nada más lindo que ir a ver a Racing. Una vez más muchas gracias a mis escasos lectores y a quienes hacen posible que todos tengamos este espacio.

Felices y cerveceras fiestas para todos. ¡Salud!