A redoblar

Hay que ir paso a paso, nos jugamos el año en un par de semanas y hay que redoblar esfuerzos si queremos quedarnos con todo.

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A pesar de que ya pasó  más de medio campeonato y todavía no hemos podido hacernos de la Tabla Anual, todo hace indicar que vamos a estar en la definición del torneo de una forma o de otra. Por cómo se van desarrollando los cruces, y por el nivel que muestran algunos, estoy seguro que vamos a ganar alguno de los dos torneos locales que estamos peleando.

El equipo ya se recita definitivamente de memoria, podemos ganar o perder, pero la ida de juego está muy clara. El sábado (con otro circo incluido) volvimos a ganar una final, otra de local y en el Parque.

Otra vez era triunfar y prenderse, o no conseguirlo y retirarse definitivamente de la pelea. Otra vez contra un rival que últimamente nos ha costado carísimo, pero que esta vuelta, al igual que con Palmeiras, supimos repetir la fórmula y descomprimiendo muchas presiones le ganamos a paso firme.

El año nos encuentra en un gran momento, con muchas definiciones y con una final tras otra.

El clásico está a la vuelta de la esquina y será seguramente el primer gran choque para saber si nosotros o ellos vamos a sonreír a fin de año. Por cómo viene la mano seguramente será definitivo.

El fútbol es fútbol y nada está asegurado, pero veo difícil que otro equipo pueda meterse en la pelea, sin desmerecer el gran torneo de Plaza y el buen año de otros equipos como Cerro o River. 

Por otro lado, está nada más y nada menos que la Copa. Por suerte nos tocó uno de los mejores equipos del continente. Un constante animador de la competencia, un equipo de nivel europeo, gran termómetro para saber si este buen equipo de Munúa puede mantener el nivel que mostró -por ejemplo- contra Palmeiras, y sortear un difícil rival.

De pasar de fase, el torneo local será seguramente visto con otros ojos. De lo contrario, habrá que digerir lo mejor posible la derrota y cambiar el chip rápidamente.

Ese chip que le queda bárbaro a este plantel, un chip altamente compatible con la historia tricolor, ese chip de fútbol bien jugado y cabeza de equipo grande, de ir al frente, de jugar casi de igual a igual en todas las canchas y de casi que no perder nunca.

El miércoles hay otra batalla. Ganar 1 a 0, empatar sin recibir goles. Varios resultados le pueden quedar bien a este Nacional que está invicto como visitante y que se siente muy cómodo esperando y saliendo de contra con los aviones fulminantes de arriba. Hay que ir paso a paso, nos jugamos el año en un par de semanas y hay que redoblar esfuerzos si queremos quedarnos con todo.