El bolso copero

Pasaron semanas intensas de fútbol y otras yerbas en nuestro querido país.

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Foto: facebook.com/nacional

Mientras la prensa oficial está preocupada por el humo y las payasadas que andan en la vuelta (como el Cirque du Soleil por ejemplo), el Bolso, calladito la boca, se arrimó nuevamente a la punta del campeonato local y se metió en los octavos de final de la Copa con un partido que aún se debe jugar.

La selección metió un puntazo en Brasil jugando con una gran representación de bolsilludos en sus filas y con dos jugadores del actual plantel como Mauricio Victorino y Jorge Fucile actuando como titulares.

Tuvimos la despedida del último genio en el Gran Parque Central, volvimos a ver a De León ponerse los cortos y al gran Ruben Sosa hacer de las suyas. Pasó un mes de muchas emociones y de festejos, pero lo mejor parece que estará por venir.

En estas semanas sabremos quién nos toca en la próxima fase de la Copa y la ilusión toma más importancia que nunca. El ida y vuelta es otra historia, es donde debés demostrar si tenés o no un equipo verdaderamente copero.

Hasta acá lo de Nacional ha sido muy bueno, integrando un grupo de los más difíciles de la Copa, jugando mejor hasta los partidos que no pudo ganar como los dos contra el River de JR.

El punto más alto fue sin dudas los seis puntos contra Palmeiras, ganando un partido épico en Brasil jugando con un jugador menos y obteniendo también los tres puntos en un durísimo encuentro en la revancha en el Parque, haciendo que el rival se viera chiquito, dominando los lugares fundamentales de un choque de importancia y ganando un partido de local por Copa en el GPC como hacía mucho no se conseguía.

Mientras tanto en el torneo local, luego de la vergüenza del Tróccoli, donde nos llevaron a jugar en un piso en el que no se podía ni dar dos pases, donde ni el mismo Cerro oficiaba de local por lo pésimo de las condiciones del suelo, pudimos hacer pie nuevamente y ganando dos partidos seguidos nos volvimos a meter en la lucha en las tres tablas.

Desde el 2009 no estábamos peleando de esta forma la Copa, la Anual y el Clausura al mismo tiempo. En ese año llegamos a la semifinal y nos conformamos con ganar un Uruguayo que quedará para la historia por las cinco finales con Defensor.

El equipo ha corregido algunas cosas y cada día juega mejor, ya no se juega tanto con el golero y se va mucho para el frente, se generan muchas chances, se intenta jugar al fútbol todo el tiempo, se armó un equipo de muy buen pie y de mucha velocidad.

Algo que hablamos mucho antes de arrancar el campeonato: si Fucile terminaba con la mala racha de las lesiones y Victorino se volvía a poner bien físicamente, junto con Polenta iban a conformar una defensa de nivel de selección, joven y con mucha experiencia a la vez. A estos se le sumaron las muy buenas actuaciones de Espino, sobre todo marcando y sellando su sector.

En el medio, un cambio que a gusto personal le ha dado una dinámica y firmeza que no teníamos. El cansino y por momentos lento juego de Porras se vio suplantado casi que de emergencia por el del juvenil Felipe Carballo, que se ha ganado un lugar en el equipo.

El doble 5 con Romero hizo impasable esa zona de la cancha. Se complementan de muy buena forma y a la vez son parecidos, juegan un fútbol moderno, pasan bien la pelota, tiran de afuera, se sacan hombres de arriba. Y encima Felipe metió un golazo de zurda el partido pasado, demostrando que tal vez el gol pueda ser un plus y parecerse aún más al juego del Colo.

Arriba, más de lo mismo: casi cuatro delanteros de buen pie, rápidos, todos con gol y a estos se le sumo el brasileño Gamalho en los últimos juegos. Leo le dio la pausa y la referencia de área que le faltó al equipo en algunos partidos, como por ejemplo contra Juventud.

Leo es muy bueno con la pelota, tal vez un poco lento, pero siempre acierta, no pierde pelotas bobas y demuestra un buen pie para juntarse con los aviones que lo rodean.

El equipo ilusiona, el plantel ayuda. Cuando no está uno, el que entra lo hace parecido. El laburo de Munùa parece verse reflejado y los jugadores están comprometidos con la causa, los resultados ayudan y todo parece encaminarse a un gran año.

El jueves volvemos al Parque para enfrentar al rival más duro de esta serie. Ganar será muy importante para seguir agarrando ritmo de Copa y sobre todo para terminar bien arriba en la tabla.