Esperando el milagro

Si continúa este cuerpo técnico no nos quedará otra que esperar un milagro y que sumemos lo más posible en estos partidos.

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Dimos otra demostración sumamente pobre de fútbol este domingo frente a Nacional en el Parque Central y la victoria se nos hizo esquiva por novena vez consecutiva.

Este resultado creo que no sorprende a nadie. Volví a ir como siempre a alentar al equipo de mis amores, con la esperanza de que las cosas pudieran cambiar, pero no me llamó en lo más mínimo la atención constatar que no fue así.

Había menos gente de la habitual en la peor tribuna visitante del Uruguay para ver a los dirigidos de Taramasco, que hace rato no le encuentra la vuelta al equipo. Claro, los problemas que ha habido en esa cancha (y no solo nuestros, sino de casi todos los equipos que visitan ese recinto) con la gente del rival, la Policia y lo poco que juega el equipo no entusiasman a nadie.

Porque nosotros somos de Racing, no de los resultados, pero este equipo no transmite nada. Ni futbolísticamente, ni en el caso de muchos jugadores, en tema de actitud.

Hemos probado muchas formaciones y todos los nombres que tenemos dentro de esas variantes, pero nada parece funcionar en un Racing que lamentablemente hace tiempo no sabe a lo que juega. O directamente, no juega a nada.

Otros campeonatos en los que también nos ha ido mal (tampoco es nuevo esto) hemos tenido el tonto consuelo de saber que habíamos acumulado méritos para estar mejor posicionados en el campeonato. Tampoco es el caso de este semestre.

Estamos ahí porque somos de los equipos que peor juegan. Al margen del robo contra Peñarol (ese día sí jugamos bien) y el asalto frente a Liberpool (ese día jugamos muy mal), merecemos los escasos 9 puntos que muestra la tabla.

Con respecto al último encuentro, poco para decir. Por momentos al comienzo intentamos tener la pelota pero sin la más mínima profundidad y por momentos marcamos bien, pero demasiado atrás y con dificultades para recuperar la pelota. Un error de Díaz, que no llegó a tiempo para rehacerse, permitió que de un desborde y un centro bien puesto Nacional abriera el marcador.

Racing pareció reaccionar, pero generó una sola chance de gol (la única del partido) en la que el arco se volvió a cerrar para el Toro Fernández. Pocos minutos después el partido volvió al letargo previo al gol, hasta que el juez pitó el final de la primera etapa.

El segundo tiempo fue, aunque parezca mentira, aún peor. Si no perdimos por una diferencia mayor fue por fallos increíbles de los rivales y alguna salvada providencial. Tarde, para lo mal que estábamos jugando, vino el esperado ingreso del juvenil Gastón Alvite, suplantando -increíblemente- a Dany Acosta.

Momento difícil para un jugador tan joven, pero la peleó, encaró y fue de los que más inquietaron a la defensa rival. Por lo menos en todo el segundo tiempo. De no ser por un par de fouls mal denunciados por el línea, podría haber hecho un poco más.

Poco de Ezquerra y menos de Líber, quienes entraron faltaron poco. Lejos en todo el torneo de estar en el nivel que mostraron otros años. Al igual que el resto de sus compañeros.

Para colmo de males, se nos decretó una sanción de 2 partidos de local a puertas cerradas porque, claro, a Racing se lo mide con una vara completamente distinta. Mencionada medida entrará en vigencia esta semana cuando nos toque recibir al Montevideo Wanderers, equipo que está en una situación parecida a la nuestra.

Si continúa este cuerpo técnico no nos quedará otra que esperar un milagro y que sumemos lo más posible en estos partidos para aumentar la vergonzosa cifra de 26 puntos en la Tabla Anual.

Saludos y hasta la próxima.