Una semana pasó de la tan ansiada vuelta a la Liga. Como alfileres entramos en la cancha de Trouville para quedar ahí, a un pasito de quedarnos con los puntos, pero no se pudo. Las 150 entradas que nos dieron se fueron como agua, y la hinchada demostró que, como siempre, va estar dejando todo por ver al Goes. Fue emocionante volver a la cancha, cantar todo el partido con una fuerza mezcla de la más profunda alegría por ver al Misionero en donde debe estar y de la más profunda bronca por todos estos años de sufrir más que gozar.
 
El debut
 
Perdimos contra un rival que, a mi juicio, va a ser un rival directo por entrar entre los ocho. Pero la gente vio que el equipo dejó todo, y vio que tenemos con qué darle pelea a cualquiera. Tenemos un equipo muy corto, lo sabíamos antes de arrancar, y más con la ausencia de Marotta. La rotación casi no existió, pero no es un palo a Lovera: era imposible que hubiera rotación. Galeano entró para darle algo de descanso a los grandes y no desentonó, y Moglia, en los pocos minutos que tuvo, no funcionó.
 
A nivel defensivo quizá estuvo el déficit más grande: nos llenaron de afuera y no tuvimos intensidad en los rebotes. En ofensiva el perímetro fue el que nos mantuvo en partido, y una mano enorme de Feeley en la pintura. Demian Álvarez tuvo un debut tremendo, De Gouveia y Brian aparecieron cuando tenían que aparecer, y Feeley demostró que vale y mucho.
 
La última pelota, bueno. Un reflejo de los problemas defensivos que decía, y sin dudas la factura del cansancio y la falta de rotación.
 
La victoria
 
Me quedé con las ganas de ir. La suspensión increíble de último momento me dejó sin partido. La alegría tremenda de enterarme de que ganamos es indescriptible. Yendo a lo que dejó el partido, muchas conclusiones positivas.
 
Primero, que Feeley es un jugador de la puta madre. Serio, sobrio, sin tribunear, dedicándose a jugar y a dejar todo por el equipo. De Gouveia tremendo en la base, un Demian Álvarez que volvió a dejar en claro que va a dar que hablar, la entrega de siempre de Brian.
 
Pero además los buenos ingresos de Galeano y, sobre todo, de Moglia. ¿Y por qué recalco a Moglia? Porque había tenido un debut flojo y demostró que puede dar una buena mano. Además hay que tener en cuenta que se sumó al equipo hace poco, cuando terminó de jugar el Metro. Y además destacar la remontada inicial, cuando nos sacaron una ventaja rápida que pudimos absorber.
 
Humo negro
 
No mencioné a Miller todavía, a propósito. Es que creo que merece un análisis particular. En Goes no se tribunea, no se está para el show. En Goes la mejor manera de ganarte a la hinchada es jugando valor, dejando todo en la cancha. El resto es puro cuento.
 
Los gestos, las risas, los libres a tabla… Insoportable, evidentemente el tipo es así, un demente. Espero que alguien hable con él y le haga entender un poco cómo es la mano. No sé cómo siguió su espectáculo en Larre Borges el miércoles, pero espero que en la Plaza la historia cambie.
 
En cuanto al juego, es bueno el yanqui, es bueno. En ataque desnivela, tiene buena mano de afuera. Pero en defensa podríamos decir que es flor de fiolo, y eso el equipo, al menos con Trouville, lo sintió. Ojalá esto pase y sea solo un mal arranque.
 
El barrio está de fiesta
 
Y bueno, el arranque es prometedor, y la hinchada está con ganas de que este año sea nuestro. La fiesta vuelve a la gloriosa Plaza de las Misiones, todo un barrio y algo más atrás del equipo.
 
Y acá no se puede decir más nada. A mí no me da la cabeza y el corazón para expresar qué se siente, eso se lo dejo a los poetas y esas cosas. Solo sé que estoy enfermo por estar en la cancha, que va a explotar, alentando al Goes como si no hubiera mañana. Solo sé que vengo esperando este sábado hace mucho, mucho tiempo. Si querés saber qué se siente, andá a la cancha del más grande del mundo, pagá la entrada y mirá, y escuchá, y sentí. ¡Qué grande que es el Goes carajo!
 
El sábado es nuestro, la fiesta es nuestra. ¡Tranquilo el Goes!