Confirmamos nuestra recuperación en la tabla al volver a ganar un clásico en nuestra casa después de mucho tiempo. Demasiado.

Hay partidos que se ganan y hay triunfos que marcan más cosas que los tres puntos.

Peñarol se perdió de ganar un clásico más que favorable.

Más allá de resultados, ese es el principal legado que nos dejan. Ustedes marcaron el camino. Simplemente gracias.

Hacia allá vamos, a copar Avellaneda, con el sueño intacto, a acompañar a estos pibes que no van a estar solos.

Más allá de los resultados deportivos, hay jugadores que se merecen un reconocimiento por su adhesión al club.

Volvimos a ser derrotados bochornosamente en nuestra cancha, acentuando (todavía más) la caída futbolística y anímica el plantel.

Sufriendo, metiendo, aguantando y peleando. Así se ganó una batalla clave en busca de la permanencia.

Pasamos de un equipo inoperante frente a uno que generaba mil chances por partido, para terminar en uno similar al Apertura.

El esfuerzo constante de cada partido comenzó a verse reflejado en los resultados

Peñarol volvió a dejar puntos, esta vez ante Atenas de San Carlos, y el exitismo vuelve a estar a la orden del día.

El Picapiedra se hizo de un triunfo importantísimo frente a Rentistas.